Irak.- El papa Francisco, lleva a cabo la primera visita de un pontífice a tierras iraquíes, lo que se ha calificado como un hecho histórico, puesto que las condiciones de esa región del planeta no había podido ser pisado por ningún otro jerarca católico, ya que se trata de una nación asolada por la violencia y la huida de cerca de un millón de católicos.
Para ellos y para todos los iraquíes, el Santo Padre llegó como peregrino y portador de paz y esperanza, donde la mañana del viernes fue recibido por el por el Primer Ministro, para posteriormente sostener una reunión con el Presidente de la República y dirigir un contundente discurso a las autoridades civiles y al Cuerpo Diplomático.
Por la tarde, S.S. Francisco sostuvo un encuentro con el personal consagrado de Iraq en la Catedral de Nuestra Señora de la Salvación, que hace una década fue escenario de un sangriento atentado, pero ahora se convirtió en el lugar de la esperanza y de la reconciliación, según la exhortación que el Sucesor de Pedro dirigió a todos los presentes.
Para el segundo día de su visita el Papa Francisco, mantuvo una histórica reunión con el gran Ayatolá Ali al-Sistani, uno de los líderes más importantes del islam chiíta, en la ciudad iraquí de Najaf, donde transmitió un mensaje a favor de la coexistencia pacífica.
Después de su histórico encuentro con el papa Francisco, el máximo clérigo chiíta afirmó que las autoridades religiosas tienen un papel en la protección de los cristianos iraquíes, que –dijo- han de vivir en paz y disfrutar de los mismos derechos que los demás iraquíes.
Al final del encuentro, el Papa voló a Nassiriya, para luego ir a la ciudad de Ur donde tuvo lugar el encuentro interreligioso.