Dicen las Malas Lenguas que el pleito entre el Sindicato de Empleados Municipales (SEM) y el Gobierno municipal que encabeza Samuel Hidalgo dejó a todos con un desenlace que no necesariamente es el mejor para el pueblo.
En un principio, los usuarios de las redes sociales aplaudieron la postura del presidente al no ceder a las pretensiones de los representados por Ricardo García, incluso se comenzó a popularizar la exigencia ciudadana de que se les descontara el salario a todos y cada uno de los que participaron en los bloqueos de las oficinas de Obras Públicas y del Registro de la Propiedad Inmobiliaria (Predial).
Los protagonistas de la novela intitulada “Traición y Poder” ya habían anunciado que en el tercer episodio se estarían tomando las oficinas del DIF municipal y al día siguiente las del SAPAS, por lo que ya los espectadores habían comprado su dotación de palomitas para estar al pendiente de cuando se trasmitieran dichos capítulos.
Y es que, para quienes conocen del tema, la trama tenía tantos puntos de conflicto, historias alternas y protagonistas secundarios, que la volvían más interesante que el “Juego del Calamar”, pero más absurda que “Betty La Fea”.
Qué mal, que la serie tuvo solamente dos episodios difundidos al aire y que ya los ciudadanos no sepamos qué fue lo que ocurrió finalmente.
Los finales alternativos planteados por quienes se encuentran cercanos a ambas partes son los siguientes:
Final 1: Mary Aguirre habría advertido a los funcionarios que la acusaban sobre “soltar la sopa” acerca de muchos asuntos que le conoce al tesorero Rigoberto Ortiz y a los presidentes municipales anteriores, incluido el actual.
Final 2: El líder sindical no se atrevió a encarar directamente a Samuel Hidalgo, pues todos sus ataques y advertencias iban dirigidos contra el abogado José Luis Villegas, la sindico Esther Naranjo y el tesorero Rigoberto Ortiz. Realmente no quería hacer escándalo, pero se vio obligado por los secretos financieros que también Mary Aguirre conoce sobre el SEM.
Final 3: Llegaron a un acuerdo, donde todas las partes del conflicto salieron satisfechas. El único perdedor: el pueblo de La Piedad.
Probablemente, la verdad nunca la sepamos.
Dicen las Malas Lenguas que sobre este mismo tema ya hasta se habían organizado algunas quinielas en las que unos apostaban a que, al final, Samuel Hidalgo doblaría las manos y cedería a las exigencias del sindicato. Había otras voces que aseguraban que estas acciones son parte de una revancha de la familia Hidalgo hacia Ricardo García, pues el padre del ahora presidente era quien anteriormente dirigía los destinos del SEM, hasta que “le madrugaron” aquellos a los que un día ayudó a crecer.
Entre el público, hubo quienes le mostraron su respaldo a Samuel, no por su carisma, su persona o su buen Gobierno (falta mucho para eso) sino por que parecía que iba a desenmascarar y evidenciar todas las malas prácticas del sindicato y su contubernio con alcaldes anteriores.
Lo que ahora falta por saber es quienes son los 12 sindicalizados que no trabajan por que se encuentran “comisionados” al sindicato. Hasta ahora, ningún presidente de los últimos 20 años ha querido hablar del tema, pero muchos hemos visto como ha ido creciendo el “apoyo” a las labores sindicales, al grado que ahora hasta fotógrafo particular tienen.
Dicen las Malas Lenguas que muchos de estos problemas son derivados de la falta de transparencia con la que se han desempeñado las ultimas administraciones, generando una gran desconfianza entre la población, sobre todo por que ahora no solo no se hacen pública la información que por ley debe estar al alcance de los ciudadanos.
Si usted ingresa a la pagina oficial del Gobierno municipal de La Piedad, en el sitio www.lapiedad.gob.mx se encontrará que los módulos diseñados para la transparencia están vacíos. Nadie puede revisar el organigrama laboral, ni el salario que perciben cada uno de los empleados municipales.
Bastante daño le han hecho al pueblo piedadense todos esos regidores que se suponen de oposición y que terminan siendo “aliados” del presidente. En redes sociales los vemos muy activos presumiendo gestiones, pero ninguno ha sido bueno para evidenciar las irregularidades de la cuenta pública en los últimos 15 0 20 años.
De los últimos regidores de oposición, realmente aguerridos que se recuerdan están Nicolás Hermosillo, Gustavo López, Ramón Cárdenas, y aunque no lo crea usted, hasta Iván Hidalgo levantaba fuerte la voz en tiempos del ingeniero Estrada.
Ahora, vales de gasolina, despensas y hasta becas, son monedas de cambio en las reuniones de pre cabildo.
Ojalá, de verdad lo deseo, llegue un regidor que me calle la boca y se ponga a desquitar los 45 mil pesotes que gana.
Dicen las Malas Lenguas que el problema del actual gobierno municipal no solo es la falta de credibilidad (sacaron la votación más baja de la historia) y armaron un trabuco de gabinete con gente del PRD, PRI, Morena y hasta los partidos más pequeños.
En el primer mes de trabajo de este gobierno, el principal problema del Gobierno municipal es la falta de transparencia y de comunicación: probablemente (démosle el beneficio de la duda) haya directores que estén trabajando o intentando hacerlo, pero nadie se da cuenta por qué no lo comunican.
Todo esto tiene que ver con la “nueva estrategia” de Comunicación (aunque usted no lo crea sí existe y en ella toman decisiones importantes Vanesa Caratachea, Iván Hidalgo, el “asesor del trakin” y desde luego Brenda Orozco).
La estrategia es dejar de informar, de encumbrar solamente la figura del presidente. Por ejemplo: en plena campaña de registro de becas, se oculta la información a los medios de comunicación y los avisos a la población se generan a través de grupos cerrados a los que solo tienen acceso unos cuantos. Otro caso es el del programa “Conéctate”, que promueve la dirección de Desarrollo Social, en el cual se oferta un plan de datos para internet a bajo precio, pero “mientras menos gente se entere, es mejor”.
De esta manera, los beneficiados serán solamente aquellos con los que se tiene compromiso y se evitan las críticas que puedan generarse a través de las redes sociales.
La línea de comunicación es tajante: “Si no lo dice el presidente, no lo dice nadie”.
Dicen las Malas Lenguas que, entre los directores y regidores del ayuntamiento de La Piedad, ya se corren apuestas para ver quién es el primero que se va, ya sea despedido o por renuncia.
Por ahora, las apuestas las encabeza el Virrey de Peribán, Heriberto Lucatero, quien ha externado ya en repetidas ocasiones que no piensa durar, pues le prometieron una dirección que funcionaba al cien por ciento, pero en lugar de ello han estado despidiendo a la gente que se rifaba en la talacha para colocar algunos amigos recomendados por políticos de baja estatura o mejor dicho personajes de baja estatura política, no vaya a ser que me linchen por discriminación.
De quien también se dice que podría dejar el cargo muy pronto es de Vanesa Caratachea, directora del DIF, ya que su perfil es muy distinto al que se requiere para ese cargo (uno de los más demandantes de cualquier gobierno). Ella está acostumbrada a figurar entre los personajes políticos de alto nivel y rara vez se le había visto inmiscuida con el pueblo.
Otro que podría ser de los primeros en salir es Rigoberto Romero Armendáriz, pues desde el principio su incorporación no fue del agrado de Samuel Hidalgo, pero había que cumplir con el compromiso que éste tenía con Luis López.
Sin embargo, en ultimas fechas se ha dicho que quien tiene la soga en el cuello es el tesorero Rigoberto Ortiz: la condición que le puso Samuel Hidalgo para repetir en el cargo fue precisamente deshacerse de Mary Aguirre, pero a como se han desarrollado las cosas últimamente es más probable que en pocos días se anuncie su salida, con cualquier otro pretexto.
¿Usted a quien le apuesta?