Por: Mayra Teresa Gaxiola Soto
Se equivocaron rotundamente quienes creyeron (incluido el presidente Andrés Manuel López Obrador) que Carmen Aristegui se vende al mejor postor. Ha demostrado a lo largo de su carrera y lo sigue haciendo, que es periodista por vocación.
Claro, cuando investigó y detonó el escándalo de la “Casa Blanca” -la residencia de 8 millones de dólares en las Lomas de Chapultepec que tenía la “Gaviota”, Angélica Rivera- López Obrador y los cuatroteistas la defendieron ante el despiadado ataque oficial que sufrió.
Como ese escándalo de Enrique Peña Nieto benefició a Morena y AMLO claro, creyeron que era su fiel aliada. Nada mas lejos de la realidad. Ella ha demostrado que es una de las mejores periodistas de investigación en México sin colores partidistas, va directo a donde la lleva su olfato y claro, ahora se convirtió en ‘enemiga del sistema’: “O estás conmigo o estás en mi contra”, al destapar el lujoso estilo de vida del hijo del presidente que vive muy, muy lejos de ‘la justa medianía’ que pregona y exige a su equipo López Obrador.
Carmen Aristegui, siempre ataviada con sobrios trajes de saco y pantalón holgados que representan su imagen desenfadada, hasta con esa sencillez en sus prendas diarias demuestra que ella elige, ella decide. Así como no sigue los cánones de la moda ciegamente, tampoco le rinde pleitesía al gobernante en turno, sea del nivel que sea.
Sin embargo, con todo lo que está ocurriendo, ¡Cuatro periodistas asesinados! Tan solo en el primer mes del año y como reconoció el propio Alejandro Encinas subsecretario de Gobernación, el 90 por ciento quedan impunes en nuestro país, cada vez se torna más riesgosa esta actividad, ya que obviamente, no sólo está la amenaza del crimen organizado, sino que mueren por sus investigaciones y lo que difunden.
Pero cómo no va a ser así de riesgosa la actividad de los periodistas, por un lado, quien mata sabe que rara vez pagará las consecuencias de sus actos y las autoridades de todos los niveles empezando por la Presidencia de la República, hasta un simple alcalde se encargan de desacreditar la labor del comunicador y del medio que representa.
¿REACTIVAR ECONOMÍA O SALVAR LA SALUD?
En La Piedad como en todo el país y el mundo, la humanidad entera tenemos que continuar con nuestras vidas, no como siempre, pero sí entendiendo que no se puede paralizar las actividades como se hizo cuando la pandemia inició.
Por más chocantes o molestas que puedan resultar las medidas sanitarias, creo que ya todos sabemos que son necesarias, lo mismo que la aplicación de vacunas que han demostrado ser la única forma de salvarnos. Ejemplos de quienes no lo han entendido así hay miles y claro que sobresalen las de los famosos Meat Loaf y Diego Verdaguer que públicamente manifestaron su fobia a la vacunación y ahora están muertos precisamente por complicaciones con este virus que no respeta posición económica, social, edades o grado de estudios.
Este problema con los antivacunas, o quienes se niegan a guardar distancia o usar cubrebocas, como ya se ha repetido en diversas ocasiones, -pero no se hace nada drástico al respecto-, trasciende la frontera de la libertad individual.
Creo que mientras no nos afecte en los bolsillos, con multas y restricciones, como ocurre en todo, no se podrá obligar a que todos acatemos las acciones contra este virus, porque quien no se protege también daña a los demás y evita disminuir la velocidad con que se propaga.
Quienes no se vacunan son una amenaza para ellos mismos, pero para todos nosotros también.
Hasta aquí está en juego nuestra responsabilidad ciudadana, pero ahora hablaremos también de la obligación de la autoridad. Primero de que haya suficientes vacunas para todos de todas las edades y que apliquen multas u otras acciones drásticas para que todos estemos protegidos y no se permita romper el cerco sanitario a nadie sin excepción.
A los gobiernos les conviene invertir en los biológicos para todos porque según los que saben, el precio de dos o tres vacunas es nada comparado con el costo de una hospitalización y para nosotros es más grave el daño irreparable personal o familiar.
El año pasado fue notoria la resistencia ciudadana para aceptar la vacunación. En estados vecinos como Guanajuato fueron tantas las dosis que les sobraron desde la primera etapa, que abrieron su programa a gente de municipios aledaños aún cuando no cumplieran el requisito de la edad o residencia. Fui una de quienes aprovechó esa oportunidad de inmunizarme en Santa Ana Pacueco.
Sin embargo, a partir de la tercera y cuarta ola de contagios, donde se demostró que el mayor porcentaje de hospitalizados y muertos eran gente no vacunada, aumentó un poco la confianza para acudir a inmunizarse.
Pero, aun así, faltan miles por convencerse de que, a más gente vacunada, se ocupan menos camas en hospitales, hay menos muertes y se detiene o se frena un poco más la propagación del virus.
Por eso insistimos, nuestra libertad y nuestro derecho a decidir si nos vacunamos o no, termina en el momento en que causamos daño a otros y en base a esto, debe haber medidas drásticas para obligar a la inmunización.
El gobierno debe tener vacunas para todos y quienes no se protejan se les debe restringir el acceso a lugares públicos como las escuelas, restaurantes, cines, oficinas públicas, transporte y hasta las empresas deben obligar a sus empleados o despedir a quienes decidan ser vectores de la enfermedad.
Ya sé que suena demasiado drástico tomar estas medidas, pero también sabemos que la humanidad tendrá que continuar sobreviviendo así, librando los riesgos y la única manera de reducir la propagación del virus es vacunándonos y siguiendo las medidas sanitarias. Quienes no lo entiendan tendrán que sufrir las consecuencias, pero solos, sin exponernos a todos.
SE LOS DIJE
La semana pasada dedicamos esta colaboración a los paros, plantones, tomas y demás que realizan sistemáticamente los maestros que se dedican exclusivamente a eso, no los profesores de vocación, los que sí trabajan y ejercen por vocación, están, como siempre en las aulas.
Y sólo para reafirmar lo que dijimos, sólo basta que den una revisadita a las noticias de la semana. Cómo han estado los problemas en las vías del tren en Michoacán y los estudiantes normalistas que siguen fielmente el ejemplo de sus maestros (porque les conviene), todo lo que han causado porque no les permiten llevar a cabo su negocio particular -al que se han hecho tan aficionados- en las casetas de peaje.