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No permitamos que una tragedia ocurra en nuestro hogar

Por: Mayra Teresa Gaxiola Soto

Aun con todo lo que ha pasado los últimos días y las diversas versiones sobre el caso, tengo semanas que no puedo quitar de mi mente la imagen de Debanhi Escobar, totalmente desamparada, expuesta, parada en la carretera sola abrazándose a sí misma en el frío de la madrugada. No permitamos que nuestras hijas vivan ese peligro. No debemos creer que en La Piedad no puede ocurrir, que aquí es una ciudad pequeña y que no hay riesgo.


Sé en carne propia lo que es perder a una hija, pero aún así, para mi es inimaginable el dolor, desesperación, angustia, impotencia y toda la incertidumbre que debe generar la desaparición de un hijo o hija es simplemente para volverse loco. Esto no debe suceder a nadie. Por favor jóvenes y adolescentes cuídense. A sus padres les digo de nuevo, no los dejen solos, vayan por ellos cuando salgan de fiesta.

Yo sé que venimos de dos años de pandemia, que estaban hartos del encierro, que como jóvenes no solo se quieren comer el mundo, sino que piensan ‘a mí no me va a pasar nada’.

Pero deben conocer los datos duros y tenerlos siempre muy en cuenta. La trata de personas ha proliferado de manera bestial, el 85 por ciento de víctimas son mujeres y niñas y los delincuentes parece que están poniendo los ojos precisamente en ciudades pequeñas donde todavía puede haber más ingenuidad para salir solas.

Por eso no me canso de alertar y lo seguiré haciendo para lograr despertar el miedo, sí, el miedo de las y los piedadenses porque también en La Piedad hay peligro…las niñas, adolescentes y jóvenes son el blanco y están en riesgo.

¿Por qué afirmo lo anterior? Porque los números de feminicidios son escalofriantes. Si tan sólo en el 2021 fueron asesinadas 10 mujeres diariamente, súmele todas las que van en los primeros 4 meses del año, 20 mil desaparecidas, de las cuales más de 5 mil entre 12 y 19 años, algunos casos más sonados que otros, pero todos reales y cada uno una tragedia familiar y una vergüenza gubernamental.

En Michoacán, seguramente la cifra de casi 4 mil personas desaparecidas aumentó considerablemente esta semana.

La fiscalía regional implementó jornadas para la toma de muestras de ADN a familias que tengan a algún familiar desaparecido y aprovecharon para recibir denuncias de quienes aún no la habían presentado formalmente.

De estas jornadas que se realizan en coordinación con el colectivo” En tu búsqueda Michoacán” dos días se dedicaron a La Piedad y dos a Puruándiro en esta región, por lo que seguramente en esta semana darán a conocer los resultados y cambiarán las estadísticas que lamentablemente l mayoría de los casos quedan en eso, en cifras, en una ficha más.

Estas cifras denotan la falta del más elemental estado de derecho. Esos hombres que secuestran abusan, venden o matan a las mujeres es porque saben que no serán castigados, que en México hay una total impunidad. Pero ¿acaso no tienen hijas, hermanas, sobrinas, amigas?

Y precisamente esta última pregunta es la que hace en su cuenta de Instagram Jessica Fernández, una jovencita de Monterrey, no dirigida a los delincuentes que están atacando a las mujeres, sino a los hombres ‘de bien’: ‘¿Por qué los hombres no nos acompañan en las marchas, en las manifestaciones para denunciar los feminicidios, las desapariciones y las violaciones? ustedes también tienen hermanas, hijas, madres y no tienen por qué esperar a que les pase en su familia’.

Como mujer, como madre y abuela que soy, les digo exactamente esto último: No esperemos a que pase una desgracia en nuestra familia. Inicié diciendo que el caso de Debhani me ha impactado. Ni siquiera puedo describir el coraje, la impotencia y dolor que siento pensando en sus padres. Pero ojalá que la lucha que han emprendido para saber la verdad sirva para evitar que otras chicas sean dañadas, que sirva para que los jóvenes y adolescentes tomen conciencia del gran peligro al que están expuestos en la calle.