Pénjamo, Gto.- Emmanuel, a su corta edad, se ha aferrado varias veces a la vida; prácticamente desde que nació, los médicos le habían dado pocas probabilidades de sobrevivir pero sigue con vida. Sin embargo, necesita del apoyo económico de la población en general para sobrevivir, ya que sus padres no cuentan con el recurso suficiente para pagar la costosa cirugía que podría salvarle la vida.
Mario Alvarado Lara se comunicó con La Redacción, solicitando el apoyo de este medio informativo para difundir la historia de su bebé, quien nació con un grave problema en su corazón.
Mario nos cuenta lo siguiente: “Para nosotros ha sido una paternidad diferente a la que cualquiera se hubiera imaginado. Esperábamos a Emmanuel con mucho entusiasmo y fue que en la semana 30 aproximadamente de gestación el doctor nos dio un diagnóstico qué no nos imaginamos nunca: el lado derecho de su corazón no se desarrolló y eso le restaba toda posibilidad de sobrevivir”.
Los médicos que conocieron del caso, le comentario a Mario y su esposa que al nacer, el bebé necesitaría atención un hospital de tercer nivel, por lo que comenzamos a tocar puertas, casi al mismo tiempo que le realizaban más y más estudios a la mujer y al niño que ella esperaba.
En el Centro Estatal de Tamizaje de León, Guanajuato, los especialistas les dijeron a los angustiados padres que el pequeño ni siquiera sería candidato a una cirugía, ya que fallecería a las pocas horas de nacer.
El riesgo era que se cerrara el ducto arterioso por el cual respiran los bebés cuando están en el vientre materno. Eran los principios de la pandemia, por lo que los hospitales hicieron algunas modificaciones para dar prioridad a los pacientes contagiados por Covid-19. También por esa fecha, el INSABI absorbía programas federales como el Seguro Popular, por lo que no había manera de ser atendidos.
“En el IMSS de León no nos quisieron dar pasé a México y nos fuimos a Guadalajara, donde nació Emmanuel un 11 de febrero en medio de una pandemia, con salas de terapia intensiva saturadas; era el único hospital que recibía mujeres en trabajo de parto y allí le comentaron a mi esposa que si el bebé era candidato a cirugía tendría una cama en terapia y si no no habría espacio. Ya te imaginarás el dolor, estás con la ilusión de recibir vida y lo único que escuchas médicamente es esperar muerte”, relata.
Nació Emmanuel y a la hora y media se puso grave, tuvieron que entubarlo y hacerle cirugía, pero algo salió mal y lo metieron nuevamente a quirófano. Días después cayó en infección de sangre por un catéter central que tenía y en neumonía.
“Todo este periodo, los médicos solo nos decían que el bebé estaba delicado y que podía fallecer en cualquier momento, pero no fue así, él siguió aferrado a la vida y con la protección de Dios, salió del cuadro infeccioso y se recuperó de las dos cirugías, pero ya no fue posible extubarlo, sus cuerdas vocales, laringe y tráquea habían sufrido daños y la única forma de que lograra salir de terapia intensiva era realizarle una tercer cirugía (traqueotomía). Llogramos dejar el hospital a los 60 días aproximadamente”, añade.
En octubre del año pasado, el menor entró a quirófano para tratar de habilitar una de las válvulas que no se formó, pero el procedimiento no dio resultado. Además, los médicos se dieron cuenta que otra válvula del corazón ya presenta insuficiencia severa además de que desarrolló hipertensión pulmonar.
“Con éste nuevo panorama no es posible realizarle otra intervención por el alto riesgo de morbilidad, comenzamos nuevamente a tocar puertas buscando atención para él en dónde nos dieran un sí, que lo encontramos en Boston Childrens. Un cardiólogo revisó videos e imágenes de su corazón y nos envió una carta en dónde nos habla de realizar tres reparaciones en el corazón de Emmanuel, eso es una esperanza de vida para Emanuel, pero el costo es muy elevado: 247 mil dólares”, refirió Mario.
Encomendándose a Dios, dijo estar convencido de que esta historia puede llegar a oídos y manos de personas de buen corazón puedan brindar su apoyo y asesoramiento para lograr realizarle la cirugía y salvar su vida.
Para cualquier información, favor de ponerse en contacto con Mario Alvarado Lara, marcando al teléfono celular 469 113 6341 o acudiendo directamente a su domicilio en calle Máximo Villafaña 97, colonia la Lom, en Pénjamo, Guanajuato.