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El cáncer que flagela a Penjamillo

Penjamillo, Mich.- El municipio de Pénjamo vive, probablemente, uno de los momentos más tensos e inciertos de toda su historia. Con balaceras en las afueras de los espacios educativos, con la mitad del Ayuntamiento ausente bajo el argumento de haber sido obligados por gente armada a salir del pueblo y una alcaldesa que argumenta haber recibido amenazas de muerte. 

Esto, a pesar de un pasado en el que las diferencias ideológicas se resolvían a balazos. Aquí, en Penjamillo, muchos de los hombres mayores recuerdan la dolorosa transición que sufrieron los pobladores de este pueblo a finales de los 80´s y principios de los 90´s cuando el PRI dejó de ser el partido hegemónico y comenzó a ganar terreno la filosofía cardenista, que luego dio paso a la conformación del PRD. 


En aquellos ayeres, cómo en muchas otras regiones de Michoacán, perredistas y priistas se enfrentaron de todas las formas posibles. Muchos de los procesos electorales se resolvieron bajo el uso de las armas. 

Constancia de ello, son las publicaciones periodísticas de aquella época. En ese mismo entorno, Penjamillo se convirtió en cuna de política de grandes líderes de la izquierda. Algunos pagaron con su sangre la osadía de buscar un destino mejor para los suyos, otros murieron defendiendo la causa que creían justa.  

Lo que sucede ahora, tiene algunos aspectos similares. La diferencia es la corrupción de las instituciones y la intromisión de grupos criminales. 

¿Quién se unió con quién? ¿En qué momento se descompuso todo? Tal vez eso nunca lo sabremos, pero son ya tres ex alcaldes municipales los que han perdido la vida en un período no mayor a tres años. 

Francisco Piceno Camacho, quien fuera presidente municipal durante el período de 2008-2011 y después candidato del PRD a la diputación local por el Distrito de La Piedad, fue abatido en noviembre de 2018, en la colonia Roma de la Ciudad de México, en las afueras de un hospital.  

El 11 de junio de 2021, mientras abastecía gasolina para su vehículo, el ex presidente municipal José Leyva Duarte, fue asesinado por un sujeto que se aproximó hacía él a bordo de una motocicleta, para dispararle a corta distancia en la cabeza. El mismo modus operandi que utilizó quien privó de la vida a Francisco Piceno.  

Leyva había llegado al Gobierno municipal impulsado por el Partido de la Revolución Democrática. Su mandato había terminado tres años antes de que ocurriera el atentado en su contra.  

El 29 de junio de 2021, Gilberto Mejía Salgado fue privado ilegalmente de su libertad por un comando armado que lo sorprendió afuera de su negocio, en el centro del municipio. Había resultado ganador de la elección constitucional celebrada 27 dias antes. Apenas se encontraba preparando su plan de trabajo, pues entraría en funciones en agosto del mismo año. 

Posteriormente, todos los integrantes del ayuntamiento conformado en ese entonces decidieron no tomar posesión de sus cargos. 

El 30 de septiembre de 2021 las y los diputados locales integrantes de la LXXV legislatura del Congreso del Estado de Michoacán, aprobaron y designaron a Xóchitl Kareli del Río Carranza, como presidenta municipal provisional del ayuntamiento de Penjamillo y rindió la protesta de Ley ante el pleno. 

La Comisión de Gobernación de la LXXIV legislatura fue quien realizó dicho dictamen toda vez que fue esta quien recibió la documentación y la información de la ausencia del presidente electo de este municipio, así como la propuesta hecha por el partido político de origen. 

Kareli del Río formaba parte de la planilla del Partido Encuentro Solidario que encabezó Gilberto Mejía Salgado, pero como regidora suplente. Ninguno de los titulares quiso hacerse cargo de la responsabilidad, argumentando temor a la inseguridad que imperaba en ese entonces en el municipio. 

Ahora, un año y dos meses después de que tomó posesión de su cargo, el panorama nuevamente es tenso. La sindico municipal y cuatro regidoras han dejado sus cargos, argumentando haber recibido amenazas de muerte por parte de personas cercanas a la alcaldesa. 

En su defensa, Xochitl Kareli del Río ha argumentado que nada tiene que ver con las acusaciones en su contra y que ella misma ha recibido restos humanos en su domicilio que, supuestamente le han sido enviados por grupos delictivos. 

De todo ello, la Secretaría de Gobierno tiene ya conocimiento y el Congreso de Michoacán se mantiene en espera de que se cumplan los términos legales para declarar la desaparición de poderes en el municipio. 

Y mientras tanto, ¿qué pasa con la gente? ¿En qué manos queda la seguridad de los ciudadanos? 

Declarar la desaparición de poderes implica elecciones extraordinarias. ¿Bajo qué condiciones? ¿Quién será el valiente que salga a las comunidades rurales a promover el voto por su persona? 

La política de seguridad está rebasada desde muchos años atrás y no es ser ave de mal agüero, pero el cáncer que hoy lastima a Penjamillo, puede comenzar a extenderse los municipios cercanos.  

¿Ya alguien hizo la biopsia que permita conocer el estado de salud de todo el distrito? 

Solo hay dos opciones: ¿Se podrá extirpar el tumor o el cáncer es ya invasivo?