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QUE BIDEN VISITE MÉXICO CADA SEMANA

Por Rafael Ayala Villalobos

MANITA DE PUERCO.


Lector, lectora queridos, ya vieron qué movidito empezó el 2023. Al presidente López no le quedó de otra más que aceptar que se detuviera a Ovidio Guzmán, uno de los líderes del cártel de Sinaloa, hijo del Chapo, ante las fuertes presiones de los Estados Unidos que lo consideran el principal introductor de fentanilo a ése país y a quienes en colaboración con la Marina lo tenían localizado desde hacía meses.

Desde el 2019 EEUU ya le hacía manita de puerco a López pidiéndoselo en extradición para que rinda cuentas ante la justicia norteamericana. Ovidio no es el mero jefe del cártel de Sinaloa, ése es Ismael Zambada, El Mayo. Ovidio tiene una organización específica conocida como Los Chapitos. Así que el problema de la inseguridad no se resuelve de fondo.

PELEADOS. El operativo de detención y la manera de comunicarlo evidenciaron los fuertes desacuerdos que hay entre las Secretarías de la Defensa y la de Marina, particularmente entre sus titulares, incluso afloró otra vez la no coincidencia que ésta última ha tenido con el presidente en cuanto a la estrategia de abrazos, no balazos, que en vista de la detención de Ovidio Guzmán, puede decirse que el gobierno reconoció su fracaso en materia de seguridad y por eso, al parecer, pretende dar un giro, lo que sería positivo, pero para creerlo habrá que ver si a la captura de Ovidio le siguen investigaciones y detenciones de la estructura operativa y financiera de ese y otros cárteles, así como de las dependencias de seguridad pública, las fiscalías y del poder judicial que mucho se han beneficiado por la tolerancia del presidente con el crimen organizado a cambio de que lo apoyen política y electoralmente. La verdad no peca pero incomoda.

SAFO. Uno de los desacuerdos más candentes entre el Almirante titular de la SEMAR y el presidente brotó cuando éste último preguntó en reunión de los encargados de la seguridad en forma de reclamo el porqué, o cuál era el interés de que en el comunicado oficial sobre la detención del capo, se mencionara a Ovidio como jefe del cártel del Pacífico y no como lo que en verdad es, uno de los capitanes del cártel de Sinaloa. El presidente le contestó que era por estrategia de comunicación. El Almirante no estuvo de acuerdo y pidió que a la SEMAR no la mencionaran en el comunicado, por eso quedó en silencio cuando dieron la información. Parece que dijo “safo”.

TRAICIÓN. Otro detalle destacable es que el presidente estaba entre la espada y la pared: protector del cártel de Sinaloa, ahora lo tenía que traicionar. Por un lado consentía a ese cártel, visitaba Nayarit y Bardiraguato a contentillo y ha tenido para sus integrantes toda clase de amabilidades, se dirige a ellos con suavidad, lejos de la ferocidad con la que ataca a los comunicadores y a los que piensan diferente a él, y por el otro lado, si no detenía a Ovidio Guzmán, en el 2025 podría , ya fuera del poder formal, ser procesado en EEUU por omisión y desacato ya que el vecino del norte desde hace mucho tiempo había pedido mediante la Corte del Distrito de Columbia, Washington, la detención de Ovidio por narcotraficante en agravio de la población de EEUU, a lo que el presidente siempre se hizo de la vista gorda, como que la Vírgen le hablaba. Ahora, muy presionado –y amenazado- tuvo que doblar las manos y muy a su pesar dar la espalda a sus aliados.

MAQUILA. Otro detalle a investigar es si es verdad lo que habitantes de Culiacán comentan e hicieron circular en el sentido de que mandaron maquilar la detención. O sea, que fueron norteamericanos, mercenarios de una empresa de seguridad de nombre Blackwater los que detuvieron a Ovidio, cobijados por las fuerzas armadas. Incluso han difundido fotografías de ellos con uniformes de las fuerzas mexicanas, pero sus rasgos anglosajones los delatan.

NO ES CIERTO. El caso de Ovidio echa por tierra la tesis del presidente de que repartiendo dinero a los jóvenes se les quitarán las ganas de meterse a la delincuencia organizada. La pobreza que el mandatario romantiza puede ser uno de los factores del origen de la carrera delictiva de alguien, pero ni es general ni es la única causa. Ovidio vivió y convivió con personas de la zona sur de Culiacán, de La Primavera, entre otras, donde está el mejor poder adquisitivo y más alto nivel educativo de Culiacán, asimismo estudió en la Ciudad de México en el CEYCA de los Legionarios de Cristo, institución “comprometida con la educación de alumnos de formación académica espiritual y en valores; es decir en la formación integral”.

EN MALOS PASOS. Solo que Ovidio escogió el mal camino o según la tesis del presidente, su abuelita no lo regañó lo suficiente. Por su libre albedrío, que el mero Patrón da, el ser humano escoge entre el bien y el mal. Igualito que el amor que no llega y ya, como cuando alguien dice: “es que me enamoré”, sino que el amor es una decisión, asimismo hacer el bien o hacer el mal. Y Ovidio escogió el mal. Así que eso de que los pobres son buenos y los ricos malos, en automático, no es cierto. Los malos pasos acaban mal.

BIENVENIDO. Un último comentario respecto a éste suceso: si van a meter orden en materia de seguridad cada vez que visite México el presidente pro aborto Biden, pues que venga cada semana.

Welcome Mr. President Biden.