Por: Rafael Ayala Villalobos
Sí, usted sabrá si aplaude la farsa de hoy.
Hoy 18 de marzo, el presidente y sus corcholatas festejarán la Expropiación Petrolera en el Zócalo de la Ciudad de México, con simpatizantes voluntarios, unos, y otros tantos acarreados, engañados, forzados, chantajeados y alquilados, todos ellos respetables. Pero todos tratados como mamíferos pinnípedos.
Los gobiernos morenistas han sacado de las arcas estatales recursos para financiar el vergonzoso traslado de seres humanos para que aplaudan en el Zócalo como colonia de fócidos, y el señor ha pedido a sus legisladores sumisos que aporten dinero para camiones, alimento y propinas.
Nada parecido tendrá la concentración indigna de hoy con la muy digna y libre que ciudadanos conscientes hicieron el pasado 26 de febrero para defender la democracia, al INE y a las libertades. Bueno, ni siquiera hay punto de comparación cualitativa.
¿Qué aplauden hoy si el presidente ha fracasado en administrar Pemex, la empresa pública creada por mi General, el presidente Lázaro Cárdenas, para apuntalar el crecimiento, la soberanía nacional y a los municipios?
¿Qué aplaudirán, señoras y señores acarreados o no, si Pemex con Amlo tiene vencimientos anuales de deuda de entre más de 5 y 7 mil millones de dólares anuales que los ha ido jineteando a base de emitir bonos de deuda cobrables al 2027, números rojos que en 2019 llegaban a 83 mil 900 millones de dólares y al cierre de 2022 rebasan los 120 mil millones, además de que no ha podido revertir el declive productivo que arrastra? Y nada de culpar al pasado; Pemex no estaba así.
¿Qué aplaudirán si lejos del ideal cardenista de que el petróleo fuera palanca del desarrollo regional y municipal, por mal manejado hoy no respalda el crecimiento y el desarrollo social y humano de los municipios como el de La Piedad, a donde llega menos dinero presupuestal en términos reales por la inflación de los precios y los recortes para obra pública, infraestructura y equipamientos urbanos y sobre todo para la seguridad pública? Por eso, y por los abrazos, no balazos, hay tanto desaparecido. Pero de esto luego hablamos.
¿Porqué sucede que el petróleo nacionalizado no beneficia a los piedadenses como debería, según lo proyectó mi General Cárdenas? Por la corrupción, la ineptitud y el centralismo conservador del actual desgobierno federal.
Nada más un dato: de cada peso presupuestado cuyo origen es la venta de petróleo, la federación se queda con 80 centavos, repartiendo cual limosna los 20 centavos restantes entre todos los 32 estados y los 2 mil 469 municipios.
¿Ése es el federalismo que quería mi General Cárdenas? ¿Ése es el que queremos?
¿Qué aplauden como fócidos si hoy la soberanía mexicana es más débil en materia energética por la inseguridad jurídica que el presidente ha provocado, si ha ahuyentado inversiones privadas de adentro y de afuera del país, si Pemex y la CFE se han convertido en barriles sin llenadera de recursos públicos que hacen falta en las escuelas, en las carreteras, en las presas, en la ciencia, en la tecnología, en los ministerios públicos, en las policías, en los hospitales y en las medicinas; también para los maestros, para la seguridad pública y para el desarrollo de los municipios?
Con Bartlett el terrible al frente de la CFE, la empresa suma ya 3 años y medio de estar perdiendo millones de pesos (SHCP). Su patrimonio bajó 72 mil 153 millones en 2022, esto es, de 700 mil 691 a 628 mil 538 millones. ¿Para aplaudir eso van al Zócalo?
¿Cuál soberanía energética aplauden?
¿Más? En 2018 López recibió la CFE, con utilidades netas por 49 mil 917 millones de pesos, y a diciembre de 2022 tenía pérdidas acumuladas por 39 mil 793 millones de pesos.
No solo destrozó a Pemex y a la CFE.
López saqueó el ahorro de la nación del Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios, en buena parte creado con recursos petroleros.
Y no tiene vergüenza.
En 2018 lo recibió de Peña Nieto con 341 mil millones de pesos, ahora tiene solamente 25 mil millones (SHCP) que se los sigue gastando en chuchulucos, caprichos y acarreos.
¿Esto aplauden hoy las corcholatas en el Zócalo?
No es correcto, y no podemos aplaudir, que el mal gobierno coja activos financieros como pensiones, vivienda, ahorro y otros, para rellenar éste Fondo que se ha gastado irresponsablemente, y que bien servía para enfrentar fluctuaciones en el precio del petróleo y del peso, reducción de la captación de impuestos y desastres, entre otros imponderables.
¿Es esto lo que hoy le aplaudirán al presidente que no sabe gobernar?
¿Y todavía planean ver a la cara a los piedadenses y pedirles el voto cuando en el hospital del IMSS en La Piedad ahorita no hay un solo médico internista que atienda la consulta externa? Pregunte usted y lo comprobará.
Pemex está endeudada como nunca y solo ha podido ir abonando porque Hacienda la subsidia usando dinero del pueblo pagaimpuestos.
No es por nada, pero antes de López, Pemex apuntalaba los principales programas del presupuesto público federal y la planeación urbana y rural municipal. No al cien por ciento, pero lo hacía.
Ahora sus deudas están arriba de los 108 mil millones de dólares y cuenta con activos de 96 mil 700 millones de dólares. Eso se llama quiebra.
Ya no sirve a los municipios; es para ellos una carga.
Pemex no estaba así. Así que, ¿por qué aplaudir? La SHCP acaba de subsidiar con 810 mil millones de pesos a Pemex para que respire un poco.
López y su gente no están rescatando nada. Están hundiendo a la CFE, a Pemex, al país y a los municipios.
El dinero que malgastan lo distraen de fortalecer a los municipios y su seguridad, por eso los ayuntamientos se constriñen a lo que por ley les toca: la prevención del delito y las faltas administrativas, frente a una delincuencia empoderada como nunca en perjuicio de las familias…
El dinero se despilfarra en sueños guajiros que solo los que se dejan engatusar creen que son grandezas patrióticas.
Ese dinero hace falta, les digo, en centros de salud, hospitales y presas, represas, canales y en el saneamiento de ríos, en la educación pública de calidad en todos los niveles, tratamientos contra el cáncer y diálisis; también en estancias infantiles, guarderías para las mujeres violentadas y vacunas…
Rostro arrugado del fracaso de este mal gobierno es su cacareado combate al huachicol, el robo de gasolina de los ductos que con datos del mismo Pemex aumentó 196.6 % en este sexenio. Ahora está peor con todo y el Ejército que supuestamente la cuida. ¿Casualidad?
¿Cuál soberanía energética aplauden? ¿No que no eran iguales? ¿Cuántos y cuáles son los huachicoleros detenidos? ¿No mataron en una peluquería de Nuevo León al huachicolero mayor que financió a Mario Delgado y a Morena, investigados ambos por la DEA y el FBI de Estados Unidos?
La CFE hasta 2018 estaba entrando a la zona de competencia de los precios internacionales de la producción y venta de electricidad. Hoy está fuera de rango.
En Texas, dice el periodista Pablo Hiriart, venden la electricidad a 7.03 centavos el kilowatt hora; en México la CFE lo vende a 19.1. “Y aún asi pierde” y frena el crecimiento económico del país.
Para colmo, el sector privado tiene prohibido producir su propia electricidad. O sea: a producto de gallina se la tienen que comprar a la CFE.
Si a los manipulados los engañan con una concentración mayoritariamente de acarreados en el Zócalo, que a usted no lo engañen con sensibilerías baratas cuando el país se está cayendo a pedazos.
El narcicismo, el miedo, el delirio y el odio se han mezclado para derrochar la riqueza nacional que mi General nacionalizó, para producir casi 5 millones de pobres nuevos, para debilitar la soberanía energética nacional, bañar al país en sangre y desaparecidos y para debilitar el fortalecimiento del municipio libre.
Para eso es la concentración de hoy en el Zócalo.
Culto vulgar a la personalidad del dictador.
Usted sabrá si la aplaude.
Nada más luego no llore.
¿Porqué habría de llorar?
Porque se está acabando el dinero que sostiene los programas sociales a manos de aquéllos a quienes solo les importa ganar las elecciones y les vale medio kilo de chorizo si en el futuro hay o no recursos para financiarlos.
En este sexenio cada año se ha ido para arriba la parte del presupuesto federal para pagar los programas sociales y se achica el gasto en educación, salud e infraestructura; también para el campo, el deporte, la ciencia, la tecnología y el arte; asimismo para el apoyo a los estados y municipios.
Se trata de prometer y prometer populistamente, de gastar más de lo que ingresa, todo por conservar una clientela electoral cautiva a la que le dan algo, sí, pero que por otro lado le quitan cuando el Estado no garantiza los mínimos de bienestar de una persona y cuando la economía en general es mal llevada. ¿Ya vio los precios de la canasta básica y de las carnes y de las medicinas y de la gasolina y de…?
Se viene pues una grave crisis en las finanzas públicas porque Hacienda está recaudando menos impuestos.
Los que reciben ayuda del gobierno –qué bueno que la reciban- se van a decepcionar y a enojar cuando les digan que ya no hay dinero para pagarles los programas.
Lo mismo los pensionados. El tsunami de la crisis de las pensiones ya inició.
Así que usted sabrá si aplaude.
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