El mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, firmó un decreto que se difundió en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la tarde del viernes. Este establece un impuesto aduanero del 50% para la entrada y salida del país de maíz blanco (destinado a la elaboración de harina) hasta el último día de diciembre del presente año.
El ejecutivo federal justificó esta decisión argumentando que la eliminación del impuesto a la entrada del maíz blanco para harina, que estaba en vigor desde enero, no resultó en una reducción significativa en los costos en el mercado nacional, razón por la cual se decidió revocarla.
De la misma manera, el gobierno sostuvo que este mandato tiene el propósito de impulsar y robustecer “la producción local, el mercado interno y el encadenamiento productivo de dicho cereal, así como garantizar condiciones de mercado que favorezcan la estabilidad de su precio”.
La administración de López Obrador además señaló que este impuesto es considerado a partir del “Panorama Agroalimentario 2022”, en el cual se resalta la relevancia del maíz blanco en la alimentación de los mexicanos, con un consumo anual per cápita de 346 kilogramos y siendo el grano con la mayor producción en el país con una participación del 88.2% en la producción de granos a nivel nacional.
El lunes, el presidente López Obrador, declaró que firmaría un compromiso para que en las tortillerías nacionales no se utilice maíz genéticamente modificado, y con el que se gravarán las importaciones de maíz blanco.
“Un acuerdo que estoy por firmar en esta semana para que en las tortillerías sólo se use maíz blanco y no transgénico, y va a ir acompañado del establecimiento de aranceles para que no se importe maíz blanco y se compre a los productores nacionales“.
“Porque también se dice se importa el maíz blanco más barato, pero resulta que ese maíz blanco también es transgénico y tenemos las pruebas”, aseguró durante su conferencia matutina en Palacio Nacional.
Hizo este pronunciamiento a pesar de que el 2 de junio México recibió una petición de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) para iniciar consultas bajo el Capítulo 31 del T-MEC contra la prohibición de maíz transgénico.
El 9 de junio, Canadá se unió a las consultas, expresando “la preocupación de Estados Unidos de que las medidas de México no están respaldadas científicamente y pueden interrumpir innecesariamente el comercio en el mercado norteamericano”.
López Obrador mantuvo la postura de su administración sobre las consultas requeridas por ambos países y expresó que no se debe temer a las disputas.
“Estamos poniendo orden y no hay que tenerle miedo a las controversias, porque sí queremos fortalecer nuestras relaciones económicas, comerciales. México es el principal socio económico comercial de Estados Unidos”, manifestó.