Si existe un elemento apreciado en las recientes producciones que emergen de las grandes empresas de streaming, sin duda es la narrativa que buscan presentar y que a menudo intenta representar la dura realidad a la que frecuentemente nos enfrentamos como sociedad. «La caída», con Karla Souza como protagonista, es una clara muestra de esos temas que, afortunadamente, están comenzando a dejar de ser tabú y a recibir la atención que merecen a través del cine.
No solo los espectadores valoran estas historias basadas en experiencias reales, muchos actores también buscan ser parte de estos proyectos y contribuir a ellos, como lo hizo Souza en este caso.
La actriz mexicana recientemente reveló por qué eligió no presentar cargos contra su agresor después de que la violó en 2018. Souza aclaró que optó por priorizar su salud mental sobre una batalla legal.
«Siempre fue mi intención levantar la voz para curar, hay personas que alzan la voz para llevar el caso a los tribunales, pero es muy importante entender que no todos los supervivientes buscan una resolución penal, algunos buscan curación social, hablar de ello, nombrarlo», confesó Karla. «La caída» es una película basada en hechos reales que narra la historia de Mariel, una clavadista veterana que busca una última oportunidad para competir en los Juegos Olímpicos. Sin embargo, en su lucha por lograrlo, se enfrentará a una terrible verdad que la hará cuestionar sus sueños. En una entrevista, Karla Souza reveló que había estado interesada durante una década en hacer una película que tratara sobre el deporte en México. «La caída» se basa en varios testimonios y tipos de violencia que enfrentan los atletas y sus familias. Fue en 2018, durante una entrevista con Carmen Aristegui, cuando la actriz mexicana compartió su experiencia de abuso sexual. Después de este incidente que sin duda marcó su vida, Karla reafirmó su deseo de contar su historia, y la de muchos otros atletas que también han sido víctimas. “Me di cuenta de que esta era la historia que debía contar, ya que nadie más parecía querer hacerlo”, reveló Souza.
La actriz indicó que el desafío principal fue llevar la historia a la pantalla, ya que había estado intentando hacerlo durante diez años y nadie quería unirse a ella en el proyecto, ya que esperaban que siguiera trabajando en comedias románticas, películas más comerciales. Sin embargo, se sintió profundamente comprometida cuando conoció la historia de los clavadistas que inspiraron la película y quiso hacerla realidad a través de su habilidad actoral.
También admitió que fue un desafío físico. “Acababa de dar a luz y tuve que entrenar durante tres años en la UCLA para desarrollar un cuerpo de clavadista olímpica y saltar desde una plataforma de 10 metros, para honrar el deporte era muy importante, pero también agotador física y emocionalmente. Aun así, fue el mejor viaje de mi vida y la experiencia de curación más significativa que he tenido». La actriz afirmó que poder abordar el tema del abuso sexual de esta manera fue un asunto de vida o muerte, dignificar el camino de una superviviente, especialmente después de que se había convertido en un estigma tan grande el levantar la voz, algo que ella misma había vivido. Para ella, el viaje más inspirador fue conocer a estas mujeres que hablaron antes de la popularización del movimiento Me Too, cuando estos temas aún no se discutían abiertamente, y que tuvieron que abandonar sus sueños y huir del país por este asunto, un hecho que aún experimentan muchos clavadistas y otras personas. Este es el regalo más grande para ella como superviviente y también para los demás.
En una entrevista, Karla aseguró que este era su proyecto más desafiante y curativo: “Fue desafiante por el tema, me hizo mencionar lo que me había sucedido en mi vida, en la vida de mis seres queridos, todas las sociedades de silencio en las que me encontraba y era parte, y ahora ponerle nombre y crear conciencia no es fácil. No es fácil mencionarlo en mi familia, en mi vida privada y en un mundo mediático tan cruel. Abordar un tema similar en una película fue también muy vulnerable pero al mismo tiempo fue de lo más sanador porque volví a ver que mi propósito y lo que estaba haciendo era lo correcto en honrar a estas personas que necesitaban amplificar su voz y que a través del cine y la plataforma que yo tengo era algo con lo que yo podía ayudar. Así que estaré eternamente agradecida con la gente que compartió sus historias con nosotros y que a la vez me dieron fuerza». Sobre la experiencia de asumir el papel de su personaje, Karla Souza dijo: “Después de seis o siete años de escribir el guion de manera objetiva y el entrenamiento, no había conectado con la esencia del personaje y de cada escena, y fue un poco incómodo salir de ese rol objetivo y entrar en la subjetividad de Mariel. Fue un trabajo de disciplina actoral, porque no es un mundo en el que quisiera entrar ni abordar de una manera tan vulnerable, porque además en mi vida lo estaba viviendo. No es un tema que ya haya superado, este proyecto me ha transformado también. Para mí, eso fue lo más difícil, verlo con la objetividad con la que lo estaba trabajando después de tantos años y luego sumergirme completamente en el personaje donde ya estaba diciendo yo las palabras en las que había estado trabajando tanto tiempo de manera distante. Entrar en la piel del personaje fue lo más extraño, pero creo que sí se logró. Creo que sí logré volver a lo que es ser actriz y en el momento de la filmación pude olvidarme de todo y volver a sumergirme en el mundo que había creado”.