Las ofensas verbales han sido una constante en la historia del ser humano a lo largo de los siglos, pero uno de los gestos considerados vulgares más extendidos en todo el mundo es el de alzar el dedo corazón.
Existen numerosas anécdotas y relatos en torno al nacimiento de este «insulto» gestual, pero aquí te ofrecemos una de las más fundamentadas.
¿De dónde surge la ofensa de alzar el dedo medio?
En 1415 tuvo lugar la batalla de Agincourt, en la que los británicos aspiraban a recuperar los derechos de su monarca sobre los territorios en Francia que pertenecían a su corona. En el transcurso de este enfrentamiento, los franceses, seguros de su victoria, decidieron amputar los dedos medios de los soldados ingleses para incapacitarlos a la hora de disparar los arcos largos que eran habituales en la época. Sin este dedo, los arqueros se encontraban prácticamente indefensos, dando a los franceses una aparente ventaja.
A pesar de la confianza de los franceses en su victoria, el resultado de la batalla fue favorable para los ingleses, quienes lograron contrarrestar las tácticas enemigas, anticipándose a sus planes, estrategias y movimientos, resultando victoriosos. Como señal de desdén y burla hacia los franceses, los ingleses mostraban su dedo medio intacto y proclamaban «¡Aún podemos tirar el tejo!».
Desde entonces, se consolidó el hábito de mostrar el dedo medio como una forma de mofa o desafío hacia otros. Este gesto fue ganando popularidad y se extendió a diversas partes del mundo, convirtiéndose en un símbolo de grosería ampliamente reconocido.
Existen otras teorías que sugieren que el acto de levantar el dedo medio como un insulto se remonta a más atrás, al año 419 a.C. En la antigua Grecia, este dedo se utilizaba para simbolizar de manera explícita y directa los genitales masculinos, buscando así despreciar o «menospreciar» a otros.