Hace unos días, Marco Antonio Bravo Pantoja, quien es compadre del gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, fue nombrado como el nuevo Auditor del estado.
Este nombramiento ha desatado un escándalo, con acusaciones de posible encubrimiento de irregularidades gubernamentales.
Con 28 votos a favor en el Congreso local y la abstención de PRI, PRD y PES, Bravo Pantoja asumió el cargo como titular de la Auditoría Superior de Michoacán (ASM), que ocupará hasta octubre de 2029.
A pesar de las preocupaciones sobre posibles conflictos de interés debido a su relación de compadrazgo con el gobernador, el nuevo auditor insistió en que no existe tal conflicto y que su designación fue legítima.
Al tomar posesión de su cargo, Bravo Pantoja expresó su intención de llevar a cabo una reconstrucción completa de la ASM, que según él, se vio seriamente dañada durante el proceso de destitución de su predecesor, Miguel Ángel Aguirre Abellaneda.
Aguirre Abellaneda fue revocado de su cargo en mayo debido a acusaciones de corrupción y omisiones en su función, según lo dictaminó la Comisión Inspectora de la Auditoría Superior del estado.
El gobernador Ramírez Bedolla defendió la designación de su compadre, insistiendo en que el proceso fue legal y que este nombramiento representa una amenaza para aquellos involucrados en actos de corrupción.
Afirmó que esto permitirá arrojar luz sobre los asuntos que ocurrieron en la administración anterior.
Este escándalo ha generado críticas y controversias en la política de Michoacán, con acusaciones de nepotismo y falta de transparencia.
La situación plantea interrogantes sobre la integridad de las instituciones de control y fiscalización en el estado, y la capacidad del nuevo auditor para actuar de manera imparcial en su rol de supervisión.