La Piedad, Mich.- El estado de Michoacán cerró enero de 2024 sumido en la violencia, con un total de 157 asesinatos, de los cuales 11 fueron mujeres.
La cifra refleja la crudeza de la realidad que enfrenta la entidad, donde la disputa territorial entre cárteles del narcotráfico ha convertido la vida cotidiana en un escenario de horror.
Concentración de la violencia
Cuatro municipios: Morelia, Uruapan, Apatzingán y Zamora, concentraron más del 50 por ciento de los homicidios, evidenciando la gravedad de la situación en estas áreas.
Sin embargo, la violencia se extendió a 33 municipios en total, revelando la amplitud del problema.
Asesinatos de mujeres
El informe destaca que el primer mes del año dejó 11 mujeres asesinadas en siete municipios distintos. Morelia lidera la lista con 4 casos, seguido de Uruapan con 2.
La presencia del crimen organizado se vislumbra en la manera en que fueron cometidos estos crímenes, aunque también se señala la posibilidad de feminicidios y víctimas colaterales.
Impacto en las fuerzas de seguridad
Enero no fue menos trágico para las fuerzas federales y estatales, con al menos dos elementos caídos por las balas de sicarios y otro asesinado por su propio compañero.
Estos sucesos subrayan la peligrosidad a la que se enfrentan las autoridades en el cumplimiento de su deber.
Violencia contra taxistas
El informe revela una preocupante continuidad en los ataques contra taxistas, con un total de 5 ejecutados en enero.
Se sospecha que el crimen organizado está detrás de estos actos, motivados por la extorsión. La geografía de los ataques abarca desde Maravatío hasta Apatzingán.
Decapitaciones y homicidios masivos
El terror se apoderó de algunos municipios con la aparición de cabezas humanas y cuerpos decapitados. Las fechas y lugares de estos macabros hallazgos dan cuenta de una violencia despiadada y sin límites.
Además, en enero se registraron cuatro homicidios masivos, con varias víctimas cada vez, dejando comunidades enteras sumidas en el luto.
Michoacán enfrenta una crisis de seguridad que parece lejos de resolverse. La normalización de la violencia, la impunidad y la disputa territorial entre cárteles del narcotráfico son elementos que contribuyen a un panorama sombrío.
Urge una revisión profunda de las estrategias de seguridad y un compromiso firme por parte de las autoridades para proteger a la población y restaurar la paz en la región. La sociedad michoacana merece vivir sin el constante temor que ha marcado el inicio de este año.
