La Piedad, Mich.- Una alarmante crisis de agua está azotando a los estados de Guanajuato y Michoacán, ya que las presas que alimentan la Cuenca del Lerma, vital para el suministro de agua en la región, se encuentran en niveles peligrosamente bajos.
La situación ha llevado al gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, a declarar que la sequía está generando graves afectaciones en las presas, lagos y lagunas de la entidad.
En la actualidad, las presas de Michoacán operan solo al 54% de su capacidad, una cifra considerablemente inferior al nivel normal esperado para el inicio del estiaje, que debería oscilar entre el 85% y el 90%.
El cambio de uso de suelo, la sobreexplotación de recursos acuícolas y el cambio climático se han identificado como factores clave que han contribuido a la sequía severa que afecta al territorio michoacano.
PRESAS, SIN AGUA
Datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) revelan una situación alarmante, donde 2 de las 24 presas de Michoacán cuentan con menos del 5% de su capacidad de almacenamiento.
La presa De González en Vista Hermosa registra un inquietante 1.11% de nivel de agua, mientras que la presa Los Ángeles en José Sixto Verduzco apenas alcanza el 3.14% de almacenamiento.
El Monitoreo de Sequía de Conagua, hasta el 15 de febrero, informa que el 46% del territorio michoacano enfrenta sequía extrema y un 22% sequía severa. De los 113 municipios, 108 presentan algún grado de sequía, siendo 82 de ellos afectados por sequía extrema y 22 por sequía severa, dejando solamente 4 con sequía moderada.
La Presa Solís, construida en el cauce del río Lerma y vital para el riego agrícola, actualmente se encuentra al 60% de su capacidad. Alejandro Acevedo Jaime, presidente del Módulo de Riego de Acámbaro, explicó que se están planificando reuniones con los ejidatarios para coordinar la apertura de la presa.
A FINALES DE MARZO, EL DESFOGUE DE LA PRESA SOLÍS
Se espera que el desfogue inicie en la segunda quincena de marzo o a más tardar el 3 o 4 de abril, según las indicaciones de los ejidos.
Acevedo Jaime añadió: «Esta no es la primera vez que los niveles de la presa están bajos, y la naturaleza nos ayuda a recuperar sus niveles. La gente está preocupada por los cambios climáticos, pero tengamos fe en que llegarán lluvias este año y la presa se recuperará».
A pesar de las medidas planificadas, persisten las preocupaciones sobre la capacidad de la presa para recuperar sus niveles de agua y la posibilidad de enfrentar desafíos aún mayores en el futuro, lo que destaca la urgencia de abordar la crisis hídrica en la región.