Por: Rafael Ayala Villalobos
Así como los del PAN, PRD y PRI según eso andan reconciliados, así mismo los piedadenses nos podríamos reconciliar con los hasta ahora odiados mosquitos. ¿Cómo así?, preguntará alguien. Fácil: modificándolos genéticamente para que no contagien enfermedades como la malaria, el dengue, el zica y el chiconguya; asimismo para que ya no hagan ese zumbido tan molesto que producen las hembras del zancudo, que por cierto, son las que chupan sangre. No sé si eso es porque son hembras o es mera coincidencia. Vaya usted a saber.
Así que les platicaré aquí cómo se puede lograr la tan ansiada reconciliación de los piedadenses con los mosquitos, de los que voy a hablar a mis anchas, calculando que nadie salga a defenderlos.
Se trata de hacer granjas de moscos, tenerlos encerraditos en corraletas sin respetarles sus derechos mosquitianos, dotarlos de bebederos, comederos y todo el equipamiento que los experimentados granjeros de La Piedad saben que una granja que se respete debe tener.
Luego viene lo mero bueno: infectarlos con wolbachia. ¿Para qué? Es que está científicamente probado que cuando un zancudo se contagia de wolbachia ya no puede contagiar las enfermedades que tan gustosamente transmite a los humanos.
No, no es broma. El millonario Bill Gates ahora anda de granjero. Quiero decir que ha financiado en Colombia esto de meter en corraletas a los moscos, contagiarlos de wolbachia, modificarlos genéticamente y luego liberarlos abriéndoles las puertas haciendo honor al apellido del magnate: Gates, puerta en inglés. Están soltando 30 millones de zancudos semanalmente para que se mezclen con mosquitos de los que todavía contagian enfermedades y a su vez contagiarlos para que no contagien. O sea que es un contagiadero benigno.
Hay una organización que se llama Wordl Mosquito Program que eso hace: producir en granjas mosquitos modificados genéticamente para frenar las enfermedades transmitidas por el vector mosquito Aedes aegypti que es el que pasa las enfermedades ya dichas.
Un amigo me comentó que mejor, en vez de soltar a tanto zancudo, deberían agarrar y meter presos a los mosquitos que como bestias noctámbulas andan sueltas acusándolos de disolución social y alteración del orden público y privado. Creo que tiene razón pero no me alcanzo a imaginar a los policías piedadenses correteando macana en mano a los zancudos para esposarlos.
Sucede que en corto plazo los mosquitos ya contagiados de la bacteria wolbachia enferman a sus colegas bajando admirablemente la cantidad de enfermos de los males citados.
Y así ya no nos caerían gordos los mosquitos.
Es más, como ya estarían sanos, a lo mejor las antiguas granjas porcícolas de La Piedad se dedican ahora a la cría y engorda de moscos para fortalecer la industria cárnica. Si en algunos lugares se comen las hormigas, las cucarachas y hasta los alacranes, bien podríamos aquí degustar tacos de mosco en salsa verde o roja, ¿o al pastor? Finalmente son pura proteína y ya ven que la carne de vaca anda por las nubes…, bueno, su precio.
Entonces nos llevaríamos muy bien con los zancudos. Hasta les podríamos dar una amistosa palmadita en el lomo cuidando no dejarlos aplastados en la pared como ahora hacemos.
Atrás decíamos que los moscos, que son dípteros de la suborden de los nematóceros y parte de la familia de los culícidos, chupan sangre, con todo y su pedigrí, alcurnia y prosapia, o sea que son hematófagos ¿verdad?
Bueno pues aprovechando que en La Piedad hay muy buenos genetistas, tal vez les podríamos encargar que –ya que aquí abundan los panzones- en lugar de chupar sangre chuparan grasa.
También les encargaríamos que como las hembras son las que zumban dando lata cuando vuelan y para colmo son las que chupan sangre, les modificaran también eso para que dejaran de ser tóxicas.
O el plan B podría ser que ya que no transmitan enfermedades, chupen sangre a contentillo pero calladitos porque la verdad lo peor de los moscos es su zumbido enloquecedor.
Otro amigo sugiere que los genetistas crucen a los moscos inofensivos con luciérnagas para que La Piedad se vea bonita de noche y ahorrar en alumbrado público. Mmm, pudiera ser.
Así que aquí está la propuesta para ver cuál de los candidatos a la próxima presidencia municipal la retoma, la mejora y se compromete a llevarla a cabo para elevar el empleo, la economía, la salud y que los piedadenses por fin podamos vivir en paz sin que los zancudos nos estén chingando.
Sean felices.