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Miedo

Por: Kalliópê

Tengo miedo de que lo nuestro termine,
que ya no me ames como solías hacerlo.
Ya no más salidas a cafés o cines
con el miedo de no poder detenerlo.


Tengo miedo que ya no me mires con ojos de amor,
que los besos y abrazos se desmoronen.
Que al no tenerte me ponga de mal humor
al saber que mi alma se descompone.

Tengo miedo de verte después de romper:
aún te buscaría, verte a lo lejos pero no hablaría.
Sería como al inicio volver
pero como dos extraños que se conocen toda la vida.

Tengo miedo de derrumbarme cuando digan tu nombre,
de pasar a tu lado y morir lento.
Saber que ya eres un nuevo hombre
desconociendo acerca de tu crecimiento.

Tengo miedo de colapsar un domingo en la madrugada
y llorar hasta tener que tomar unas pastillas.
Temer que ya me tengas olvidada
y que mi corazón esté lleno de astillas.

Tengo que miedo que los veranos se vuelvan amargos,
que las tardes se conviertan desabridas.
Tomaré mis estúpidos sentimientos para castigarlos
porque siempre me ocasionan más heridas

Tengo miedo que los “Te quiero” se conviertan en “Te desprecio”.
De ya no andar en bici bajo los atardeceres
Sufrir sola y en silencio
Deseando vivir una vez más aquellos ayeres

Tengo miedo que me veas distraída y pienses que no soy la mitad de bonita,
que sea esa una razón para marcharte.
El no importarte lastimar a mi niña chiquita
que se sentaría todos los días en el mismo lugar esperando encontrarte.

Tengo miedo que me dejes,
que pienses que conmigo ya no eres feliz.
Que tomes mi corazón y encajes en él alfileres
y después cubras las heridas con barniz.

Tengo miedo que ya no pienses en mí antes de dormir:
Dejar de ser, para ti, un arte,
arrancarme el corazón y tener que exprimir
para así ya no poder amarte.

Tengo miedo de ya no vivir junto a ti toda una vida,
de no cumplir nuestros sueños de llegar a viejos tomados de la mano.
Miedo de sentarme sola en el muelle y sentir la fría brisa
o pensar en tu cálida sonrisa cuando toque el piano.

Tengo miedo de que en nuestra historia no seamos felices por siempre,
de actuar como si nada hubiese pasado,
no estar juntos para las fiestas de diciembre
porque lo nuestro tal vez no estaba destinado.

Tengo miedo de tener miedo y que este miedo se convierta realidad,
pero, como sólo es mi mente sobre pensando un viernes, en la tarde
entonces aún me amas y vivo con felicidad.
Todavía puedo mirarte a los ojos y besarte

Sin miedos, sin corajes,
sólo tú y yo
volando sin esperar un aterrizaje