La Piedad, Mich.- En el marco de la celebración anual por la paz, la Catedral de Morelia fue testigo de un emotivo evento que reunió a cientos de personas con un mensaje de esperanza y reconciliación.
La intervención de Cristo y la Virgen de la Salud, como protectores de la no violencia en la arquidiócesis, fueron los símbolos centrales de la celebración, que buscó fomentar la paz en todos los rincones del estado.
En la eucaristía, destacada por la participación del Coro Institucional de UNIVA La Piedad, se entonaron los cánticos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), lo que contribuyó a crear un ambiente de reflexión y unidad entre los presentes.
La misa fue presidida por el Mons. Cristóbal Ascencio, obispo de la Diócesis de Apatzingán, y contó con la presencia de al menos una decena de sacerdotes que se unieron en oración por la paz.
Durante la homilía, Mons. Ascencio expresó su agradecimiento por la invitación a liderar la celebración, compartiendo un profundo mensaje de solidaridad.
«La paz es una urgencia en nuestro mundo, en nuestra sociedad», afirmó el obispo, destacando que no se debe ver la paz como un tema pasajero. Subrayó la importancia de un compromiso activo para erradicar la violencia y promover la concordia.
El Coro Institucional de UNIVA La Piedad, integrado por estudiantes, tuvo una participación especial en la misa. Los integrantes mostraron su entusiasmo por contribuir con su talento en tan significativa ocasión, lo que les permitió fortalecer sus habilidades y vencer el miedo escénico, mientras promovían la misión de la universidad de ser portadores del mensaje de paz. Para ellos, esta participación no solo fue un desafío artístico, sino también una oportunidad para sembrar «semillas de paz», siguiendo el mensaje transmitido en la homilía.
Con este evento, UNIVA La Piedad reafirma su compromiso de formar jóvenes no solo en el ámbito académico, sino también como promotores de valores y agentes de cambio en la sociedad, comenzando desde sus propios hogares y extendiéndose a la comunidad.
La celebración fue un recordatorio del poder transformador de la paz y de la importancia de cultivar un espíritu de armonía en cada uno de los asistentes.
