La Piedad, Mich.- Hijos de adultos mayores beneficiados con las pensiones del Bienestar se quedan con el dinero que el Gobierno Federal deposita a sus padres, incurriendo en violencia económica.
Esta preocupante situación ha sido detectada a través de los sistemas municipales del DIF, donde las trabajadoras sociales reciben solicitudes de apoyo para adultos mayores en condiciones de pobreza.
Según las investigaciones realizadas, los hijos se aprovechan del desconocimiento de los adultos mayores en el uso de las tarjetas electrónicas para quedarse con el dinero de las pensiones. Los casos han sido reportados en municipios como Morelia, La Piedad, Pénjamo y Numarán, según información proporcionada por el personal del DIF municipal.
Casos en La Piedad y otras localidades
En La Piedad, la directora del DIF, Brenda Orozco Torres, informó que hasta el momento no se ha recibido ninguna denuncia formal por esta situación, aunque sí se tiene conocimiento de su ocurrencia. “Lamentablemente, nosotros no podemos intervenir si no hay una queja manifestada directamente por la parte agraviada”, señaló.
Por su parte, en Morelia, el director del DIF, José Manuel Álvarez Lucio, reportó al menos una veintena de denuncias relacionadas con la omisión de cuidados en adultos mayores.
Aproximadamente el 60% de estos casos corresponden a violencia económica, principalmente mediante el uso indebido de las tarjetas del Bienestar.
Relatos preocupantes
“Sí tengo mi tarjeta, pero no sé como sacar el dinero y mi hija es la que sabe como usar el cajero, pero siempre me dice que no depositaron o que tuvo que agarrar dinero para sus gastos», dice la señora Juanita Reyes.
«Siempre que mis hermanos dicen que ya les depositaron, mando a mi nieto a que saque el dinero y resulta que ya no hay nada por que mi hijo el más grande usó la aplicación para pagar sus cosas. Se gasta el dinero en sus cochinadas», relató Eduviges Juárez.
Otro caso es el de Don Ramón Reyes, quien fue abandonado por su mujer y sus hijas, quienes solo lo visitan para pedirle dinero. «Saben ya cuando llega la pensión, llegan con toda la familia a comer y encargan pizza, hamburguesas y cosas del mercado libre. Todo lo cargan a mi cuenta».
Aunque estos actos no se consideran un robo en sentido estricto, ya que los adultos mayores suelen entregar voluntariamente sus tarjetas a familiares, el DIF ayuda a los afectados a recuperar sus tarjetas y a retomar el control de sus pensiones.
El silencio de las víctimas
Los reportes sobre estas situaciones suelen provenir de vecinos y no directamente de los adultos mayores afectados, quienes muchas veces no se atreven a denunciar debido a que la violencia proviene de sus propios familiares. Esto dificulta la intervención y el seguimiento de los casos por parte de las autoridades.
La situación pone en evidencia la necesidad de reforzar las campañas de sensibilización y educación para los beneficiarios de programas sociales, así como de establecer mecanismos más estrictos para proteger a los adultos mayores de este tipo de abusos familiares.