Ciudad de México.- Con el objetivo de preservar la biodiversidad y proteger las variedades nativas del maíz, el Senado de la República ha declarado constitucional la prohibición del cultivo de maíz transgénico en el país. Con esta decisión, México refuerza su compromiso con la soberanía alimentaria y la protección del campo mexicano.
Tras su aprobación en ambas cámaras del Congreso, la reforma se formalizó con la declaratoria constitucional, lo que significa que a partir de ahora, el cultivo de maíz con modificaciones genéticas queda estrictamente prohibido en el territorio nacional.
El gobierno y diversos sectores han respaldado la medida al considerar que esta protección es crucial para evitar la contaminación genética de las especies nativas y garantizar el derecho de las comunidades campesinas a seguir produciendo maíces criollos sin interferencia de organismos genéticamente modificados (OGM).
Impacto de la reforma
La iniciativa, impulsada por legisladores y respaldada por organizaciones ambientales y del sector agrícola, ha sido objeto de un intenso debate. Mientras que grupos ambientalistas y productores tradicionales celebran la decisión como un avance en la protección del patrimonio biocultural del país, sectores de la agroindustria han expresado preocupación por los posibles efectos en la producción y competitividad del maíz en el mercado global.
Además, la prohibición podría influir en las relaciones comerciales con Estados Unidos y Canadá, principales socios de México en la importación y exportación de granos, ya que en dichos países el uso de maíz transgénico es una práctica común.
A pesar de las críticas, el gobierno mexicano ha sostenido que la medida busca garantizar la seguridad alimentaria y preservar el maíz, considerado un pilar de la identidad cultural y gastronómica del país.
Con la entrada en vigor de la reforma, las autoridades deberán establecer mecanismos de vigilancia para garantizar su cumplimiento y definir sanciones para quienes incumplan con la prohibición.
Esta decisión marca un precedente en la legislación ambiental y agrícola de México, reforzando la importancia del maíz como un elemento central en la historia y el desarrollo del país
