Dicen las Malas Lenguas que, en plena pandemia, varios funcionarios de diferente color, tamaño y especie se han olvidado de atender las demandas de los ciudadanos en materia sanitaria, económica y de sobrevida para enfocarse en su autopromoción, buscando proyectarse a una posible candidatura en un cargo superior al que ahora tienen.
Así fue como hace unos días anterior vimos, con pena ajena, el regreso a esta ciudad del Senador Antonio García Conejo, el cual ofreció una conferencia de prensa sin un tema en particular. Lo que quería era salir en medios, pero pocos acudieron a entrevistarlo. ¿A cuál de los lectores de nuestras páginas le interesa lo que diga este señor?
Para muchos, su visita representa el colmo de la desvergüenza, pues aún hay cientos de facturas sin pagar a empresarios de distintos ramos por los servicios contratados durante su campaña. Y pos ya ni qué hablar de sus promesas. El hombre está empecinado en ser Gobernador de Michoacán y ya muchas personas cercanas a él y a su hermano Silvano le han hecho saber que no es bien visto por el pueblo.
Ya lo dice la canción “El poder corrompe, el poder es cruel: no te deja ver”.
Dicen las Malas Lenguas que en los grupos de WhatsApp hay dos fotografías que han dado mucho en qué pensar en los últimos días y en ambas aparece el otro aspirante a la Gubernatura de Michoacán, Cristóbal Arias.
En la primera, que es de finales del mes de julio, aparecen varios personajes de la región que se ya se visualizan como candidatos a la diputación local, como es el caso de Daniel Aranda, presidente municipal de Tanhuato y Jonathan Bañales, quien pretende la presidencia municipal de La Piedad.
La imagen despertó, en esa primera instancia, reacciones diversas entre la clase política y empresarial, al visualizar un empoderamiento en un sector al interior de Morena, al cual también se encuentra adherido el priista Ramón Maya y el dueño del morenismo en La Piedad, José Apolonio Albavera Velázquez.
La segunda foto es del pasado fin de semana y en ella aparece el mismo Cristóbal Arias, acompañado ahora de los tres ex alcaldes priistas: Alipio Bribiesca, Juan Manuel Estrada y José Mena Rojas, además de que también se encuentra Sergio Zárate, quien hasta hace poco era operador político de Adriana Hernández, aparentemente dándole el espaldarazo a Rodolfo Chavolla en su deseo por ser alcalde de La Piedad.
La agrupación de éstos individuos con la intención de gobernarnos, le ha causado reacciones alérgicas a mucha gente. ¿Será real o son solamente apariencias y especulaciones?
Dicen las Malas Lenguas que La Piedad está siendo utilizada como pista de lanzamiento para aquellos que buscan una proyección mediática y política en aras de alcanzar el Solio de Ocampo, por eso es que ya vimos hace un par de semanas a la diputada local Adriana Hernández recibir el respaldo del presidente de su partido, Jesús Hernández al considerarla como la aspirante más fuerte de entre los tricolores.
Aquí ha andado también ya realizando reuniones con grupos de ciudadanos otra piedadense, Selene Vázquez Alatorre, quien ha defendido la postura de que la candidatura al Gobierno de Michoacán por Morena tiene que ser para una mujer.
Otro con las mismas intenciones es Antonio Ixtláhuac, promovido en La Piedad por Luis Villaseñor Meza y Jesús Pérez Berber, Sergio Morales García, recientemente designado como presidente del Comité Municipal del PVEM en La Piedad.
A todos estos agregue usted al magistrado Juan Antonio Magaña de la Mora.
¿No cree usted que es demasiado pronto para todo este relajo? ¿No deberían primero renunciar a sus cargos públicos antes de aspirar a ser electos? ¿Es más importante su aspiración política que la atención a las víctimas de la pandemia? Seguramente ellos, los políticos en cuestión, no piensan así. Ni piensan.
Dicen las Malas Lenguas que los regidores del Ayuntamiento de La Piedad entregaron ya enormes legajos de hojas que supuestamente contienen todas y cada una de las actividades que realizaron, en beneficio del pueblo.
La neta, creo que en media cuartilla cabía perfectamente el trabajo que han hecho, pero el documento entregado está lleno de fotos en eventos donde solamente fungieron como figuras decorativas y aun así se dieron el lujo de llegar tarde.
Dos de ellos, Hildelisa Abarca y José Eduardo Torres, lideran la lista de ausencias a las diferentes sesiones de cabildo realizadas no solo en éste periodo, sino en los dos años que llevan viviendo del dinero público.
Otros más, como Julio Basurto, Claudia Bravo y Ricardo Guillen fueron desconocidos como representantes de los partidos que los llevaron al poder que hoy tienen. Sukey Alvarado renunció a las filas del PRD para unirse a Morena, pero ahí ni registro tiene.
Los piedadenses quisiéramos saber si el sueldo de Luis López, Alejandro Barreto, Carmen López, Felipe de Jesús Sánchez, Hugo Pérez y Gloria Rizo junto a los otros ya mencionados va en concordancia con lo realizado en estos dos años. No lo creo.
Dicen las Malas Lenguas que la mayoría de los alcaldes que, hasta ahora han rendido su informe de Gobierno, quedaron a deber con su estrategia de comunicación pues no pudieron descifrar la manera de hacerle llegar su mensaje a los ciudadanos. Seguramente muchos ediles extrañaron los tiempos aquellos en que llovían las felicitaciones, que los periódicos se llenaban con planas completas de inserciones pagadas por empresarios y líderes políticos que les mostraban su lambisconería.
Atrás quedaron las lonas escritas con faltas de ortografía intencionales para hacerlas parecer del pueblo, asi como los camiones guajoloteros trayendo decenas de gente del rancho con engaños para hacerla que estuviera presente en el evento del Día del Presidente.
La pandemia, la crisis económica y la tecnología solo les permitió unos cuantos minutos de trasmisiones en vivo en páginas de Facebook, pero se les cayó la red a la mitad del evento, como le pasó a Alex Espinoza de La Piedad, a Ángel Rafael Macías de Ixtlán (con todo y rayas). Dicen que, al momento de presentar la Glosa, en Penjamillo, no cuadró ni la fecha.
Dicen las Malas Lenguas que mientras en los otros partidos se están armando alianzas importantes para lograr conseguir los 16 mil votos que garantizan el triunfo en las urnas por el municipio de La Piedad, los aspirantes a la alcaldía, Samuel Hidalgo y César Oceguera, siguen tirados en la hamaca.
La situación derivada de la pandemia sería – como dijo AMLO, una situación que les cayó “como anillo al dedo” – sin embargo, les da miedo salir a hablarle de frente a la gente y exponerse a las críticas. Les salen ronchas en todo el cuerpo y se les baja la presión arterias cuando hay dificultades que sortear y prefieren esconder la cabeza como los avestruces. ¿Qué esperanzas tenemos los ciudadanos de verlos encabezando proyectos reales, abanderando las causas de la gente?
Quieren gobernar el municipio: atórenle a los chingadazos.
Dicen las Malas Lenguas que tenemos en La Piedad un Departamento de Planeación y Servicios Educativos de la Unidad Regional de La Piedad, ¿alguien sabe para qué sirve? Sean serios, por favor.
Dicen las Malas Lenguas que la regidora Mariana Amaranta Sukey Silva Alvarado puso el dedo en la llaga este fin de semana al denunciar la existencia de aviadores en la administración municipal, situación a la que el presidente Alejandro Espinoza respondió: “no tengo registro de que existan aviadores, pero será responsabilidad de cada director estar vigilando que todo su personal trabaje como debe ser”.
Estamos aún a la espera de la lista que prometió la ahora morenista y que se aclare perfectamente esta situación. Y es que, los regidores están precisamente para eso, para vigilar que las acciones que se desarrollan dentro del Gobierno municipal se lleven a cabo como debe ser, pero es algo que a todos se les olvida.
Si el asunto de los aviadores es real, nos preguntamos ¿Por qué el resto de los regidores ha estado aprobando, de manera trimestral la lista de trabajadores eventuales que se les presenta? ¿Por qué se han quedado callados los opositores como Hildelisa Abarca, Ricardo Guillén, Claudia Bravo, Hugo Pérez, Gloria Rizo, Julio Basurto? ¿Será que son parte de la misma corrupción? Digo, suponiendo que esta exista.