Desde hace tiempo los refrescos y alimentos no básicos con densidad calórica de 200 kilocalorías o mayor por cada 100 gramos, mantienen un impuesto de 8%, que representa $1.2 pesos por cada litro, pero dentro de una propuesta presentada por Salomón Jara, Senador de MORENA, se pretende pasar de 8% a 25% este impuesto, lo que representa subir de $1.2 a $5 pesos por cada litro, buscando con ello combatir el daño que provocan las bebidas azucaradas y comida chatarra.
Esta iniciativa se dio a conocer la tarde del martes, cuando se publicó en la gaceta del Senado donde se menciona que “actualmente, el Impuesto Espacial a la Producción y Servicios (IEPS) establecido en n:uestra legislación para este tipo de bebidas es de 1.26 pesos por litro; y de 8% para los alimentos no básicos que contengan una densidad calórica de 275 kilocalorías o mayor por cada 100 gramos. A lo anterior, debe añadirse la carga impositiva correspondiente al 16% de IVA”.
Todo esto se traduce en que un refresco de 3 litros que tiene un valor en el marcado de $37 pesos que tiene 180 kilocalorías por cada 100 mililitro, paga $3.7 pesos de IEPS, mientras que una lata de 355 mililitros ronda los $8 pesos y paga 3.5 centavos de IEPS, pero esto podría cambiar en caso de aprobarse la iniciativa presentada ayer.
El Senador morenista explico que: “Como podemos apreciar, el impuesto especial representa en realidad una parte muy minúscula y modesta del precio final del refresco, por lo que las compañías refresqueras trasladan el impacto fiscal al consumidor y evaden su responsabilidad de invertir en fórmulas y productos menos nocivos para la salud. Y en el caso de los alimentos no básicos de alta densidad calórica, el fenómeno es muy similar, pues además de jugar un papel fundamental en la dieta de millones de mexicanas y mexicanos, su disponibilidad, accesibilidad y la ausencia de una cultura nutricional saludable, contribuyen a cerrar un círculo vicioso que día a día compromete y atenta contra la salud pública”.
“Con base en esta realidad, la presente iniciativa considera que es momento de realizar un ajuste sustancial e incrementar significativamente el impuesto a bebidas saborizadas y alimentos no básicos de alta densidad calórica, lo anterior, partiendo de que el estándar mínimo establecido en la recomendación internacional es equivalente al 20%, y tomando en cuenta que las ganancias de esta industria en México son superiores al 10% anual”, justificó.
En caso de que se autorice este incremento del impuesto que pasaría de 1.2 pesos a 5 pesos por litro de refresco y de 8% a 25%, argumentó que el gobierno podría tener recursos adicionales para destinarlos a:
1.- Aumentar la accesibilidad y disponibilidad de agua potable;
2.- Fortalecer las políticas para promover un cambio hacia el consumo de bebidas y comida saludables;
3.- Mejorar la atención a la salud; y,
4.- Promover cambios en la agricultura e industria hacia comidas y bebidas saludables.
El senador también propuso que “tratándose de concentrados, polvos, jarabes, esencias o extractos de sabores”, que el impuesto se calcule tomando en cuenta también la cantidad de edulcorantes por gramos o mililitros del producto.
Lo anterior “generaría un verdadero incentivo para que la industria de las bebidas y los alimentos chatarra apueste a la disminución de los diversos ingredientes nocivos contenidos en sus productos”.
Y agregó otra propuesta: “modificar la fórmula para los alimentos no básicos a efecto de disminuir la densidad calórica exenta de IEPS, pasando de 275 kilocalorías a 200 calorías o más por cada 100 gramos“.