Una vez que la vacuna rusa Sputnik, se encuentra en fase tres de prueba, el gobierno ruso, propuso a México enviar una cantidad de dósis para que sean aplicadas en ciudadanos voluntarios para comprobar las reacciones de este biológico y determinar su seguridad y aprobación para que sea aplicada de forma masiva a la población de este país.
Para ello el canciller de México, acudió y participó en la conferencia semanal de entrega de resultados de los programas que se llevan a cabo en coordinación con la Fundación Mexicana por la Salud, donde se calificaron como positivas las acciones de los programas «Juntos por la Salud», para suministrar equipo de protección a trabajadores del sector salud, tratamientos y pruebas en centros de COVID.
Además mediante el programa «Hospitales por México» unidades médicas, y clínicas privadas puedan asistir de forma voluntaria con atención a pacientes que presenten padecimientos diferentes a coronavirus.
En este evento el Vicepresidente del Fondo de Inversión Directa Rusa, Tagir Sitdekov, organismo financiero del gobierno que es una de las entidades que han dirigido esfuerzos de producción de la vacuna Sputnik V. detalló cuales serán las siguientes etapas para la introducción de esta vacuna a México.
Ante esto, el 25 de agosto, Ebrard Casaubón, dijo que México estaría participando en la fase III de pruebas de esta vacuna, la última etapa de pruebas clínicas para comprobar la efectividad del biológico en diversos grupos poblacionales.
Según Sitdekov, este protocolo ya es aplicado en Rusia en personas de entre 18 y 60 años y se espera que el mismo criterio pueda ser aplicado en México, por lo que es necesario diseñar un programa que estará a cargo de la Secretaría de Salud y de la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).
Sin embargo, ni la secretaría, ni la autoridad regulatoria han dado a conocer información con respecto de este tema, pero se pretende que en el mes de octubre se comiencen a aplicar estos experimentos.
Por su parte el Vicepresidente del fondo de inversión, indicó que su objetivo es tener una vinculación actual con la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, con la idea de que sirva como coordinadora en la búsqueda de una empresa nacional con la capacidad productiva para hacer todas las dosis necesarias en el momento en el que la Sputnik V sea aprobada por Cofepris.
Ene se sentido el gobierno de Rusia,busca un acuerdo con la Fundación Carlos Slim, en conjunto con la empresa Liomont y el laboratorio argentino mAbxience, como lo tienen con AstraZeneca.
En caso de que no se pueda acceder a un acuerdo de producción Gamaleya y el Fondo de Inversión Directa de Rusia se encargarían de surtir por otros medios, las dosis que México requiera.
Este viernes fueron publicados los resultados de las fases I y II de esta vacuna, pruebas que sirven para comprobar que el biológico es seguro. No han sido declarados efectos secundarios graves en sus pacientes y la publicación afirma que el 100 por ciento de los sujetos presentaron una respuesta inmunológica. Estos resultados positivos también son otro elemento de información para despejar dudas sobre la viabilidad de la vacuna rusa.
En la ceremonia en Funsalud no faltaron halagos y agradecimientos para el canciller Ebrard por el trabajo de su secretaría para garantizar el acceso mexicano a una vacuna, también es cierto que el gobierno mexicano no ha participado como inversor en ninguno de los esfuerzos internacionales. El acuerdo entre AstraZeneca y Liomont fue posible gracias a que Fundación Carlos Slim apostó por el producto.
La mañana del viernes, el presidente López Obrador llamó a los partidos a renunciar de forma voluntaria a parte de su presupuesto para el 2021 y destinar el dinero a la compra de vacunas para distribuir de forma gratuita en el país. Sin embargo, México no ha presentado ninguna orden o pedido previo a las farmacéuticas con las que está relacionado el país.
El canciller aseguró que el país está cubierto gracias a su participación en la iniciativa Covax de la Organización Mundial de la Salud y Gavi, la Alianza de Vacunas. Este esfuerzo global busca que los diferentes países inscritos compartan gastos para garantizar que tanto los países con mayores ingresos, como los países en desarrollo tengan acceso a las vacunas conforme estén listas para su distribución.
