La Piedad, Mich.- El pasado viernes por la tarde, Juan caminaba por las inmediaciones del fraccionamiento Peña cuando se percató que en la calle estaba varada una camioneta con el cofre abierto. El conductor de la unidad parecía preocupado por la falla mecánica y le pidió ayuda para empujar, argumentando que se había dañado la batería y que solo de esa manera la podrían hacer andar.
Juan se colocó detrás del vehículo y se dispuso a empujar la unidad poniendo en ello todo su empeño, pero lo único que consiguió fue que aquel hombre sacara de entre sus ropas un cuchillo que colocó pegado a las costillas del adolescente, exigiendo que le entregara el dinero que traía y su teléfono celular.
No había patrullas ni nadie que ayudara. Asi que en cuanto pudo hacerlo corrió a su casa llorando de temor e impotencia.
Cuando sus familiares relataron lo ocurrido a sus grupos de amigos, se dieron cuenta que Juan no había sido la única víctima de esos malhechores.
Y es que, entre las calles de Emiliano Zapata hasta Francisco Villa se han registrado decenas de asaltos a estudiantes y personas jóvenes que son sorprendidos de la misma manera, con el mismo método y hasta las mismas palabras, a decir de las víctimas.
Se trata de un hombre de entre 55 y 65 años de edad, bien vestido, quien finge tener problemas para echar andar su camioneta. Meses atrás, sus víctimas habían sido estudiantes de la Secundaria Técnica 20, por lo que ya desde el 2017 los padres de familia de la institución habían solicitado a las autoridades municipales mayor vigilancia en la zona.
Desde ese entonces, La Redacción y otros medios informativos de la localidad han reportado en sus páginas solo algunos de los múltiples atracos que se han registrado en esa zona en agravio de jóvenes adolescentes que, por temor, no denuncian el delito ante las autoridades policiacas.
“La cantidad de dinero que ese hombre le quitó a mi hijo es insignificante, también se llevó su calculadora y el teléfono celular que no era muy caro. Son objetos por los que no va uno a perder el tiempo ante el ministerio público, el problema es el daño psicológico”, recordó Israel G., padre otro adolescente que había sido asaltado a mediados del mes de febrero muy cerca de la Cruz Roja.
Ya el año pasado, la dirección de Seguridad Pública había anunciado que se reforzaría la vigilancia en ese rumbo, incluso se llegaron a detener a sujetos presuntamente implicados con hechos similares, mismos que salen en libertad horas más tarde pues “sin denuncia no hay delito qué perseguir”.