La Piedad, Mich.- Ya desde el año 2019, la Universidad Nacional Autónoma de México había advertido del alto riesgo a la salud pública que implica el consumo excesivo de refrescos, especialmente Coca- Cola. Sin embargo, para este 2022, las autoridades de salud muestran una gran preocupación por el incremento de pacientes con comorbilidades como obesidad, hipertensión y diabetes.
Y es que, los mexicanos somos los principales consumidores de esta bebida a nivel mundial. En 2019, los estudios de la UNAM señalaban que cada habitante de este país consumía, en promedio, 118 litros de Coca-Cola por año.
Sin embargo, la pandemia por Covid-19, el confinamiento, los altos niveles de estrés derivados de la misma situación y diversos factores psicológicos o emocionales propiciaron un incremento notable en el consumo de alimentos chatarra enviados a domicilio, pero principalmente refrescos de la marca ya referida.
En ese sentido, la Secretaría de Salud de Michoacán ha sido muy enfática en informar a la población sobre los beneficios que aporta una dieta saludable, principalmente en los tiempos de Covid-19, además de que se ha reiterado también que algunas de los problemas de tipo mental, como es el caso de la ansiedad puede desencadenar obesidad por la ingesta de productos no saludables.
Expertos en salud pública focalizan su preocupación en los niños, pues cada vez es más común que las madres de familia los inicien en la ingesta de Coca-Cola desde muy temprana edad.
Especialistas locales en nutrición, como es el caso de Oscar Licea, refieren que beber rutinariamente estas bebidas puede aumentar el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y otras enfermedades crónicas.
Se tiene conocimiento que, en diferentes regiones del país, a los niños menores de seis meses, sus madres les dan Coca-Cola, en lugar de darles leche materna, pues ellas están mal alimentadas y su pecho no produce la cantidad suficiente para saciar el hambre de los pequeños, además de que comprar leche evaporada suele ser demasiado caro para quienes viven al día.
Ya desde el año, 2010, Clara Ochoa Valdés, titular del Consejo Estatal de Población hacía referencia a esta problemática, argumentando tener conocimiento de que en regiones como el bajío michoacano y Tierra Caliente, “la dieta de millones de niños de clase baja en edad escolar consiste en una coca y una golosina, como puede ser unas galletas o un gansito, por mencionar algunas marcas”.
Existen regiones en nuestro país, donde es más fácil conseguir una Coca-Cola que un kilo de tortillas, dado que existen infinidad de expendios, tiendas de abarrotes o hasta pequeños negocios en casas particulares donde se ofertan este tipo de bebidas, que además representan una fuente importante de ingresos para millones de familias en México.
“A una Coca- Cola no se le regatea el precio, a un kilo de jitomates o de tortillas, desde luego que sí”, mencionó.