La Piedad, Mich.- No existe control sanitario ni se cuenta siquiera con un padrón que pueda determinar la cantidad de negocios locales que se dedican al rellenado y venta de garrafones de agua para consumo humano, lo que representa un riesgo a la salud de quienes la consumen.
Y es que, muchas personas prefieren comprar de este tipo de agua “purificada” debido a que se oferta en precios más accesibles, que en ocasiones son de hasta 10 pesos menos que lo que cuestan los garrafones que venden las marcas reconocidas.
“El problema es que no se tiene un control por parte de la Secretaría de Salud y no podemos garantizar que ese liquido realmente esté libre de parásitos o alguna sustancia que pueda ser nociva para la salud humana”, dijo el jefe de la Jurisdicción Sanitaria 6, Roberto Carlos Ibarra Pimentel.
Dijo que recientemente tomó el cargo de jefe jurisdiccional y que se encontró con esta situación por lo que en breve se estarán haciendo inspecciones a los negocios que se dedican a esta actividad, para realizar el diagnóstico correspondiente e invitarlos a que se apeguen a las normas sanitarias que corresponden.
Indicó que en los próximos días se comenzará con una capacitación dirigida a todas las personas que tienen actividades relacionadas con la preparación y venta de alimentos para el consumo humano, como lo son restaurantes, fondas, taquerías, bares y negocios relacionados.
Sobre la cantidad de negocios que se dedican a embotellar, rellenar y comercializar agua purificada no se tiene un padrón preciso por parte de las autoridades en cualquiera de sus tres niveles de gobierno.
De acuerdo con el INEGI, en 2016 existían alrededor de 16 mil expendios de agua purificada en toda la república mexicana, mientras que para 2021 creció a 24 mil, sin embargo, cada día hay más de estos negocios en todas las colonias, sin ninguna regulación.
El parámetro de lo que puede estar ocurriendo en todo el país se encuentra en los estudios realizados por el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Metropolitana, la Universidad Autónoma de Chiapas y la Universidad Autónoma de Guadalajara, mismos que han demostrado que el 70 por ciento de ellos están contaminados y el 50 por ciento tuvieron contaminación de la bacteria E. Coli (materia fecal).
En ese sentido, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFREPRIS) ha señalado que es responsabilidad del consumidor observar si estos negocios cuentan con los avisos de funcionamiento y estudios bacteriológicos, además de ver si no tienen hongos o si están limpios los filtros.
