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Aguililla, a merced de la delincuencia organizada

Aguililla, Mich.- El poblado de Aguililla se encuentra a merced del crimen organizado, mismo que ha suspendido los servicios de energía eléctrica, internet y telefonía. Ahí, no hay elementos policiacos pues el operativo que la Secretaría de Seguridad Pública realizaba en ese sitio, ha sido suspendido.

Se tiene conocimiento que varios elementos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal han decidido separarse del cargo, ya que temen por su vida y la integridad de sus familias.


A través de redes sociales, habitantes de dicha localidad han solicitado a grupos de difusión el apoyo para difundir los mensajes dirigidos al Gobernador Silvano Aureoles y al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Los mensajes de los pobladores son para devolver la tranquilidad de sus localidades, además de que refieren que es prioritario reestablecer los servicios básicos, como la energía eléctrica, la iluminación en las calles y los que tienen que ver con las telecomunicaciones.

De acuerdo con el sacerdote Salvador Sánchez, de la diócesis de Apatzingán, la problemática en Aguililla continúa con mayor fuerza.

“El municipio de Aguililla enfrenta cuestiones muy severas; siguen los enfrentamientos y las disputas, o de limpieza, como llaman ellos, para sacar a los que pertenecen a otro cártel”, argumenta el clérigo.

En varias ocasiones, sacerdotes y obispos de la Dióscesis de Apatzingán han denunciado que la violencia ha ido desplazando a las personas hacia otras ciudades, dejando pueblos abandonados por completo.

La disputa del territorio entre diferentes grupos delictivos, constantemente genera balaceras que ponen a la población civil entre el fuego cruzado de los sicarios y las balas que en ocasiones lanzan los cuerpos policiacos que intentan hacer valer la ley.

Hay casas baleadas por todas partes y cruces en caminos, veredas y zonas cerriles que señalan donde el sitio donde un cuerpo fue localizado, así como el punto donde un hombre, mujer o niño fueron acribillados.

Lejos, muy lejos, se encuentra la mano de la autoridad, aquella que prometió devolver la tranquilidad al pueblo y acabar con la corrupción.