Por: Rafael Ayala Villalobos
En México sólo el 55 por ciento de la población confía en las policías municipales, el segundo porcentaje más bajo, solo superando un poco a las policías de tránsito, según el INEGI, lo que apunta que la sociedad confía poco en los guardianes del orden público.
Y sin embargo en La Piedad, 7 de cada 10 personas entrevistadas del 2 al 6 de diciembre de 2024 dijeron sentir confianza hacia la policía municipal. Ello se debe a su desempeño, a su imagen institucional, a su comunicación social, a la proximidad que han tenido con la población y a las políticas en su organización y funcionamiento que los últimos ayuntamientos les han dictado, sin ignorar que las y los policías muestran espíritu de cuerpo, compromiso y responsabilidad.
No obstante hay personas que dudan de la importancia de la policía municipal, a pesar de que juega un papel relevante en la seguridad pública y en la convivencia vecinal, quehaceres que efectúa con muy pocos recursos y escasas atribuciones institucionales, en un ambiente nacional de centralización y donde la coordinación se confunde con sometimiento de la policía a los órdenes de gobierno estatal y federal siendo que tienen funciones diferentes.
La Fiscalía tiene una tarea importantísima para procurar la justicia; trabaja con delitos. La policía estatal tiene muchas más atribuciones legales y recursos financieros, materiales y humanos que la policía municipal; es la guardia estatal. La Guardia Nacional, que ya pasó a manos del Ejército, parece que ha modificado sus estrategias para mejorar la seguridad pública en todo el país y que a la par de atacar las causas del delito, ahora si lo contendrá, y qué bueno.
Para opinar sobre la policía municipal de La Piedad –o de cualquiera otra del país- hay que considerar lo siguiente: hasta el 2024, de cada peso del presupuesto federal, el gobierno federal se quedaba con 80 centavos, repartiendo los 20 restantes entre todos los 32 estados y los 2478 municipios del país. Para el 2025 el presupuesto federal repartirá a estados y municipios solo el 17 centavos de cada peso.
Hay indicios de que la federación poco a poco revertirá la estrategia centralizadora de seguridad pública y que procurará el fortalecimiento de las policía municipales y estatales. Ahora las policías municipales son entendidas como policías estatales “en chiquito”, lo que es un error, ya que las municipales son policías que se adaptan a las necesidades específicas de sus municipalidades, amparadas en la autonomía de la autoridad municipal.
En el día a día vecinal, es la policía municipal la que está vigilante, la primera que llega cuando es llamada y la que realmente conoce la realidad municipal en cuento a zonas conflictivas o de origen delictivo, entre otros factores. Tiene sus fallas, tiene sus oportunidades de mejora, pero en general, la población califica bien a la policía municipal, sobre todo si la compara con las de municipios vecinos porque su trabajo es más importante de lo que parece a simple vista.
La policía municipal es importantísima para mantener el orden y prevenir delitos, que es su quehacer principal, no los delitos del fuero federal, sino la conflictividad derivada de la convivencia. Sus funciones principales son atender delitos e infracciones menores y de orden común, no graves ni federales y de bajo impacto social; mantener el orden y la paz públicos; atender las conductas antisociales; hacer cumplir los reglamentos; imponer infracciones administrativas; e intervenir en los conflictos derivados de la convivencia familiar y social.
Y si bien les falta todavía acondicionamiento físico, capacitación y equipamiento, son los primeros respondientes, mantienen el contacto con la población y todos los días recorren el territorio lo que les permite saber cuáles son los retos que en materia de seguridad tienen las familias piedadenses.
Viendo datos se puede comprobar que tres de cada cuatro puestas a disposición del Ministerio Público lo hacen los policías municipales, muy por arriba de la Policía Estatal y de la Guardia Nacional, y eso que están mejor equipados y gozan de mayor presupuesto y que, además, tienen acceso a la información de inteligencia de los gobiernos estatal y federal
Meterse de policía no es muy atractivo que digamos. A veces son criticados, tienen el servicio médico del ISSSTE, pero no fondo para vivienda o ahorro, o un esquema para pensionarse dignamente. Y sin embargo traen bien puesta la camiseta.
Para acrecentar la calidad de nuestra policía conviene conversar públicamente a fin de que el Ayuntamiento considere algunas propuestas. Compartimos hoy algunas:
- Hacer un convenio con Pensiones Civiles del Estado para que los policías municipales –y si se puede todos los empleados municipales- coticen mancomunadamente con el gobierno municipal a efecto de que tengan un fondo sólido para el retiro, préstamos, vivienda, etcétera, igual que los trabajadores al servicio del estado.
- Buscar la manera de convenir con el IMSS para que tengan acceso a los servicios médicos, ya que la clínica local del ISSSTE oferta servicios muy limitados.
- Crear una mesa de diálogo entre el gobierno municipal, representantes de la sociedad -que es la usuaria externa del servicio de seguridad pública- y representantes de los policías -que son usuarios internos de ese servicio-, para diagnosticar su realidad y necesidades, siempre con apego al cumplimiento de los principales lineamientos legales que guían las prestaciones laborales de las y los policías municipales, mismos que tienen su liga con la Constitución, la Ley Federal del Trabajo, la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública y el Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica; éste último marca el mayor número de lineamientos, desde la extensión máxima de los turnos hasta procesos de profesionalización policial y de evaluación de confianza y desempeño.
Incluso esas normativas no especifican las fuentes de financiamiento con recursos previamente etiquetados, por lo que el gobierno municipal se las ve negras para cubrir las prestaciones y los beneficios.
Actualmente los policías de La Piedad se atienden médicamente en el ISSSTE y tienen seguro de vida, bono anual, vacaciones y prima vacacional. Pero habrá que avanzar hacia cubrir todas las condiciones específicas de trabajo estipuladas por la legislación federal ya que el gobierno federal ha restringido en términos nominales y reales los presupuestos para la seguridad pública municipal.
Asimismo, hay que caminar para lograr con el tiempo y un ganchito, que los policías tengan apoyo a vivienda, fondos de retiro, recreación y otras como beneficios patrimoniales tales como crédito para vivienda, crédito para automóvil o comercial y pensiones de jubilación digna.
Ahora los policías se perciben en la pobreza, sin bienes ni patrimonio ni la expectativa de un retiro suficiente, lo que dificulta alentar la carrera policial y que los jóvenes vean en ella una aspiración de vida.
El gobierno municipal ha venido invirtiendo recursos para mejorar la tecnología y en general el equipamiento destinado a la seguridad pública preventiva, sin embargo debe negociar con el estado y la federación, mostrando argumentos que de momento omitimos aquí por razón de espacio.
Las estrategias de seguridad para La Piedad son diferentes a otros municipios, por ejemplo a Zináparo, por varias causas, una de ellas es que La Piedad tiene mucha población flotante y migrantes en tránsito, por lo que la planeación de sus operaciones se adapta a la pertinencia económica, social y cultural de los piedadenses.
Apostar a la dignificación del trabajo policiaco, a hacerlo más eficiente, a fortalecer la carrera policial con reconocimientos, estímulos económicos, ascensos y capacitación, es la vía, junto con poner a las familias piedadenses y a los propios policías en el centro de cualquier estrategia.
Mucho ayudaría adoptar los estándares de México Evalúa en cuanto al mejoramiento de las prestaciones laborales, la certificación policial ciudadana de INSYDE, vinculando todavía más a la policía con la ciudadanía.
Ha sido prioridad de los últimos gobiernos municipales ofrecer bien el principal servicio público que el Estado debe brindar a su población: la seguridad pública, pero falta mucho camino por recorrer, sobre todo en tiempos en que la violencia y el desorden saltan cuando y en donde menos se espera.
Los policías municipales son como nosotros, si se cortan, sangran, y viven en la misma comunidad que nosotros, son nuestros vecinos, nos los encontramos en el mercado o en el transporte público cuando desmontan turno. Sus esposas e hijos se quedan con pendiente cuando salen trabajar. Tienen jornadas de trabajo largas y desgastantes que los alejan a veces de su convivencia familiar y social. Se pierden muchas fiestas, por ejemplo, porque nos andan protegiendo. Así que mínimo hay que reconocerles su trabajo.
No es que haya que taparles sus yerros. Al contrario, sería bueno que el gobierno implementara mecanismos y procedimientos fáciles para poder quejarse ante la autoridad por alguna mala acción de algún policía.
Confiar a ciegas en los policías sería un error, pero ya es tiempo de que los veamos como seres humanos que nos cuidan, aceptar empáticamente que detrás de cada elemento, mujer u hombre, existe una historia de vida y anhelos de superación. Igualito que nosotros.
En suma, la propuesta es mejorar las condiciones de trabajo de los policías municipales que redundarán en una mejora de su calidad de vida, y por consecuencia aumentará la eficiencia de la corporación en favor de las familias piedadenses, así como retiraría tentaciones de corrupción.
Se llama profesionalización.
Se llama seguir construyendo una mejor La Piedad.
Se llama atraer inversiones y empleos.
Se llama vivir en paz.
Se llama tener un mejor lugar para vivir y crecer como personas.
Sean felices.