En medio de un intenso debate público, la implementación de los Nuevos Libros de Texto en Michoacán ha generado controversia y acusaciones por parte de diversos sectores.
Gabriela Molina Aguilar, Secretaria de Educación en el estado, ha salido a la defensa de esta iniciativa, atribuyendo los ataques a intereses económicos y políticos en juego.
Durante una conferencia de prensa, Molina Aguilar reveló que la transición hacia los Nuevos Libros de Texto ha supuesto una pérdida anual de negocios por más de mil 500 millones de pesos en la industria de impresión de libros educativos.
Este cambio radical, que busca fortalecer la industria pública y democratizar el acceso a la educación, ha sido señalado como el detonante de los ataques y críticas que han rodeado el proceso.
La Secretaria de Educación lamentó que el diálogo público se haya enfocado en la desinformación, la satanización y la politización de un derecho fundamental: la educación de niñas, niños y adolescentes.
Haciendo hincapié en la necesidad de romper con el enfoque mercantilista que dominaba el modelo educativo anterior, Molina Aguilar destacó que el nuevo enfoque beneficia a la industria pública y se basa en la colaboración de expertos, docentes, científicos y padres de familia en el diseño de los materiales educativos.
Contrario a las narrativas de oposición, Molina Aguilar afirmó que los Nuevos Libros de Texto cumplen con altos estándares de calidad y no promueven contenidos peligrosos o sesgados. «No desaparecen las matemáticas, no son adoctrinadores, no hacen un mal uso del lenguaje», enfatizó.
Más allá de impartir conocimientos, estos libros buscan desarrollar el pensamiento crítico de los estudiantes y se ajustan a los paradigmas de la Nueva Escuela Mexicana, integrando diversas áreas del conocimiento para facilitar el aprendizaje.
La diversidad del país también ha sido tenida en cuenta en esta iniciativa, reconociendo las realidades de la frontera norte, la sierra, la costa, zonas urbanas y rurales. Además, se hace hincapié en la diversidad cultural, geográfica y sexual para promover la inclusión y la tolerancia en el sistema educativo.
Aunque es natural que los cambios educativos provoquen resistencia, Molina Aguilar resaltó que la desinformación y la demonización de los Nuevos Libros de Texto son inaceptables. Abogó por un diálogo informado y respetuoso, enfocado en el bienestar educativo de las generaciones futuras.
En un país donde la educación pública, gratuita y de calidad es un derecho inalienable, es esencial garantizar que los debates en torno a ella sean justos y fundamentados.