La Piedad, Mich.- Es la calle predilecta de los piedadenses, una de las más importantes de la ciudad pues comunica al centro de la ciudad con algunos de los barrios más populares como es El Carmen y de no ser por una mala planeación de quienes construyeron el fraccionamiento Fovissste, esta vialidad podría haber continuado hasta donde sobrepasan los límites del municipio.
Se llama Mariano Jiménez y casi nadie recuerda quién fue tan importante personaje.
Muchos años atrás, había un Gobernador de Michoacán que llevaba ese nombre y que visitó la ciudad una sola ocasión un 17 de abril de 1890 alojándose en la casa del señor Joaquín Romo, responsable de la Administración de Rentas con la finalidad de atender la demanda de los vecinos sobre la construcción de un campo mortuorio.
Pero no es ese personaje del que se trata. La calle lleva el nombre de un ilustre personaje que es considerado héroe nacional. Su nombre: José Mariano Ignacio de Santa Elena Jiménez Maldonado Zapata, nacido el 18 de agosto de 1781 en San Luis Potosí, reconocido como uno de los principales generales insurgentes durante el inicio de la independencia de México.
Cuenta la historia que Mariano Jiménez se presentó ante el caudillo Miguel Hidalgo y Costilla el 28 de septiembre de 1810 para ofrecer sus servicios en favor de la causa. Sus méritos, su disciplina y su lealtad le valieron un rápido ascenso, obteniendo el grado de teniente coronel y convirtiéndose en uno de los hombres más importantes para lograr la Independencia de México.
Jiménez fue fusilado el 26 de junio de 1811 en la plaza de Ejercicios de Chihuahua, el mismo día en que fueron ejecutados Juan Aldama, Ignacio Allende y Manuel de Santa María. Su cabeza fue expuesta con la de Hidalgo, Allende y Aldama en la Alhóndiga de Granaditas hasta la consumación de la Independencia.
Pero nuestra calle no siempre tuvo ese nombre.
Textos consultados por La Redacción señalan que allá por el año de 1894 se le conocía como la calle del Diezmo. El libro Cronología de La Piedad, refiere que un 17 de abril de ese año, “En el domicilio del señor Jesús A. Velazco (marcado con el número 8 de la calle del Diezmo, hoy Mariano Jiménez) se organiza una animada “jamaica” en honor del gobernador Aristeo Mercado, durante la cual pone en manos de las señoras Dolores V. de Saavedra, Dolores R. de Aguilar y Paz R. de García, $50.00 para que los destinen a alguna obra de caridad, además de $100.00 para levantar un monumento en honor al Padre Cabadas.
Para 1910, cuando se celebraron los primeros 100 años del Inicio de la Independencia de México, se decidió ponerle el nombre de Mariano Jiménez, pero la calle llegaba en ese tiempo hasta donde se conocía anteriormente como “El Puente Seco”, que es el actual cruce con la calle Arteaga.
Aparece también en los registros históricos que el 24 de noviembre de 1911 Las autoridades eclesiásticas compran un terreno en la calle de Los Zapotes (hoy Mariano Jiménez), para edificar en él un templo dedicado a la Virgen del Carmen. Realiza el plano y el proyecto, el ingeniero Vicente Gutiérrez, encargándose de la construcción y vigilancia el maestro carrocero, señor Estanislao Hernández.
El 30 de abril 1982, con la concesión del ayuntamiento a la constructora del señor Ramón Cerda Álvarez, se inicia la pavimentación de las calles Felipe Ángeles, Rodolfo Fierro, Francisco Villa, Mariano Jiménez, Francisco Zarco, Nigromante, Álvaro Obregón y Chilpancingo, con lo que se transforma totalmente el barrio de “El Carmen”.
Desde entonces, es una de las vialidades más importantes en lo económico, social, cultural o recreativo. Por ahí llegamos al Mercado de Abastos, a la zona de los hospitales, al Parque Morelos y a una gran cantidad de salones de fiestas.
¿Quién no recuerda aquellos años en que no había cine en La Piedad y que la única diversión era pasear por Mariano Jiménez para ver las hermosas muchachas?