Por: César Rodríguez
La tradicional Fiesta del Señor de La Piedad, una de las celebraciones religiosas más importantes en la región, parece haber perdido el arraigo cultural que la caracterizó en el pasado, a pesar de centrarse en la imagen sagrada más reconocida de la zona.
Cada diciembre, la festividad solía ser un hervidero de folclor, cultura y entretenimiento, con la participación activa de los piedadenses. Sin embargo, en años recientes, muchos ciudadanos han optado por expresar su fervor en fiestas patronales de barrios, como la de Nuestra Señora del Carmen, la del Sagrado Corazón de Jesús en Santa Fe o la misma fiesta en honor a nuestra Señora de Santa Ana, incluso comunidades como Cuitzillo, Río Grande, Paredones o Ticuitaco muestran mayor fervor en sus celebraciones.
El descontento ciudadano ha crecido entre los piedadenses que consideran que la fiesta del Señor de La Piedad no recibe la atención ni el reconocimiento dignos de su relevancia religiosa y cultural. Cabe recordar que la adquisición de la venerada imagen representó un esfuerzo considerable para la comunidad.
La situación se hace aún más evidente al comparar la Fiesta del Señor de La Piedad con otras celebraciones en la región. Por ejemplo, la Fiesta del Corpus Christi en Tlazazalca, aunque más pequeña, atrae a un número de asistentes superior y presenta una organización ejemplar.
Los piedadenses piden a las autoridades eclesiásticas y a la comunidad en general que reconozcan la importancia cultural y religiosa de la Fiesta del Señor de La Piedad. Según ellos, revitalizar esta festividad sería un tributo justo a la imagen sagrada que ha desempeñado un papel tan fundamental en la historia y la identidad de la ciudad.
El declive de la Fiesta del Señor de La Piedad representa un desafío para la comunidad. La conservación de estas tradiciones es esencial para mantener viva la rica historia cultural y religiosa de La Piedad. Los piedadenses esperan que se hagan esfuerzos para devolver a esta festividad el esplendor y el significado que en otros tiempos la caracterizaban