La Piedad, Mich.- Las noticias acerca de la contaminación del río Lerma datan desde hace más de 30 años y aun así, más de 12 millones de personas dependen de las aguas que arrastra el afluente.
Y es que, a pesar de estar contaminado, el líquido de la cuenca Lerma-Chapala se utiliza para el riego de cultivos de cinco estados de la república y para la atención de las necesidades sanitarias de poblaciones como la Ciudad de México y zona metropolitana de Guadalajara.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, la superficie de la cuenca es de 58 mil 725 kilómetros cuadrados, desde el estado de México, pasando por Querétaro, Guanajuato, Michoacán y desemboca en el Lago de Chapala en el estado de Jalisco.
En sus orillas se han asentado grandes ciudades, pero también una alta dispersión de la población rural, en las que habitan más de 12 millones de personas, las cuales dependen del agua contaminada del Lerma para el regadío de hortalizas y cultivos, así como para la ganadería.
La superficie habilitada para riego creció aceleradamente entre la década de los 50’s y 80’s, por lo que la Cuenca manifiesta el más elevado índice de uso agropecuario del suelo entre todas las cuencas hidrográficas del país.
Esta situación ha prevalecido durante varias décadas en que más de 3 mil familias de personas que viven asentadas al margen de la cuenca del Lerma han estado expuestas a severos riesgos para la salud ocasionados por la polución y sus efectos colaterales.
“En distintas ocasiones se han realizado trabajos de investigación sobre los niveles de investigación que registra la Cuenca Lerma-Chapala y en cada uno de los estados que son atravesados por este río se han asignado miles de millones de pesos para el saneamiento de las aguas. Hasta el momento nada ha dado resultado y el río Lerma sigue convertido en una alberca nauseabunda”, señaló en 2006, el entonces diputado local Mauricio Montoya Manzo.
Después, en el año 2011, Patricia Vega Villavicencio, Integrante Red de Comunicación Ambiental de América Latina y El Caribe, declaró que en la década de los 90´s, los gobiernos de entidades como el Estado de México, Querétaro, Guanajuato, Michoacán y Jalisco, habían derrochado más de 1 mil 714 millones de dólares en plantas de tratamiento de aguas residuales, pretendiendo sanear la cuenca.
Con muchos miles de millones de pesos más invertidos en estudios, plantas tratadoras y proyectos fallidos, en 2021 el río Lerma sigue siendo uno de los más contaminados del mundo.
Extraño fenómeno natural en las aguas del río Lerma, en su paso por #LaPiedad #Michoacán pic.twitter.com/ItP81Cxemk
— PeriódicoLaRedacción (@laredaccion_lp) July 13, 2021