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EL «BOOM» DE LAS ALITAS EN MÉXICO

Hace medio siglo, las alitas de pollo no figuraban en la lista de preferencias de la mayoría de las personas. Pero en la actualidad, estas jugosas y crujientes delicias han conquistado paladares en todo el mundo. ¿Cómo consiguieron las adoradas alitas un lugar privilegiado en los menús de los bares y en los corazones de los amantes de la comida?

Todo se remonta a la noche del 30 de octubre de 1964, cuando un grupo de jóvenes irrumpió en el Anchor Bar, ubicado en Buffalo, Nueva York. Uno de ellos era hijo de Teressa Bellissimo, una de las propietarias del lugar. Tan grande era su apetito, que Bellissimo se adentró en la cocina para prepararles algo que les quitara el hambre. Al encontrarse con un paquete de alitas de pollo que había recibido por error días antes, decidió freírlas y aderezarlas con una salsa picante, para luego servirlas acompañadas de apio en trozos y salsa para sumergirlas. La sorpresa fue que a los jóvenes les encantaron, por lo que al día siguiente Bellissimo decidió agregar las «Buffalo Wings» a la oferta gastronómica de su restaurante.


Las alitas de pollo, en México, han recorrido un largo camino desde sus humildes orígenes, cuando eran principalmente utilizadas en la elaboración de caldos o destinadas a la alimentación de mascotas, tal como lo recuerda Martín Santaella, dueño de la franquicia Wings Army. Este empresario se considera uno de los pioneros en cambiar la percepción de este producto en México, ofreciéndolo como un platillo principal y no como un simple ingrediente o desecho.

Desde aquel hito, las alitas de pollo han vivido una explosión de popularidad sin precedentes en México. De ser un componente subestimado de la cocina, pasaron a convertirse en un aperitivo codiciado que se disfruta en todo el país, representando un fenómeno social y gastronómico notable.

Hoy en día, las alitas se han posicionado como el bocado estrella en casi todos los bares y restaurantes modernos de México. La versatilidad de las alitas ha permitido una amplia variedad de preparaciones, que van desde la tradicional receta buffalo, hasta innovadoras combinaciones con sabores dulces, picantes y ahumados, y se acompañan comúnmente con aderezos como el queso azul o la crema agria.

La popularidad de las alitas ha impulsado el surgimiento de una infinidad de restaurantes y bares especializados, en los que se celebran incluso competencias de quién puede comer más alitas en el menor tiempo, o quién es capaz de tolerar las alitas con el nivel de picante más elevado.

La pasión de los mexicanos por las alitas ha llevado a la creación de eventos temáticos como festivales de alitas, donde se puede degustar una amplia variedad de sabores y estilos de preparación. Algunos establecimientos han capitalizado este auge, ofreciendo promociones especiales en días específicos, o durante eventos deportivos populares.

En conclusión, las alitas de pollo han pasado de ser un ingrediente secundario o un alimento para mascotas, a convertirse en una verdadera estrella de la gastronomía mexicana contemporánea, con una popularidad que sigue en aumento.