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EL INGRATO Y EL APRENDIZAJE

Por: Rafael Ayala Villalobos

La ingratitud de Andrés Manuel López Obrador está más vista que Karely Ruíz, y sin embargo asombró que le mordiera la mano al Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano hace unos días. El muy desleal dijo que el Ingeniero Cárdenas ya es su adversario porque el Colectivo por México, de reciente creación, se basó en un libro-diagnóstico de él, para elaborar un documento inicial que dio a conocer el lunes anterior.


Tanto el libro como el documento, son un punto de partida para elaborar y proponer un proyecto de nación democrático en el que hacen señalamientos críticos a los yerros y despropósitos del mal gobierno del presidente López. Éste, intolerante y grosero como es, no dudó en mostrar una vez más su pequeñez humana y moral maltratando con calificativos desatinados a quien lo impulsó cuando no era nadie en la política nacional.

 

El Ingeniero Cárdenas es, aparte de honesto y caballero de la política, blasón y baluarte del nacionalismo, de la soberanía y de la ampliación de los cauces democráticos en la vida nacional. López no le llega ni a los talones. Pero hay un Dios. Y también en el infierno un diablo que a los que son como López los espera para hervirlos en aceite a fuego manso. Dios conceda a López a buen tiempo el don de la conversión.

Bueno, pues el otro día en Morelia, platicando de esto con mi amiga piedadense Matilde Soria, psicóloga ella, me decía que el del actual presidente es un mal gobierno con pésimos resultados en todas las áreas, que muchos como ella ya se han arrepentido de haber votado por él, que no era que apoyara al PRI o al PAN, pero que estaba claro que Morena y su presidente no eran la solución. Me adelantó que para la siguiente elección votará por el partido que más se abra a la sociedad civil y que por lo que ve, será por el PRD.

También me dijo: “Hemos visto mucho sufrimiento y muerte por las malas políticas en salud, desesperanza por el atraso en lo educativo y empobrecimiento por el encarecimiento de la vida en general. No hay peor ciego que el que quiere ver”. Y agregó: “teníamos que vivir esto para aprender, el mérito del sufrimiento, de padecer algo, está en aprender, si no, no sirve de nada y no crecemos ni como personas ni como país”.

A Matilde le expresé mi postura: ¿De veras teníamos que vivir el mal gobierno actual? ¿Qué es lo que teníamos que aprender? ¿De veras las empresas, las familias, las personas tenían que sufrir las penurias de que todo esté más caro, el deterioro de los servicios médicos, el estancamiento de la infraestructura y el retroceso económico, la persecución de Hacienda, la verborrea de odio del loco del palacio que divide y encona?

No, yo creo que nadie debería pasar por esto nunca. Quién sabe si vaya a haber aprendizaje, pero trauma sí y sufrimiento también. ¿De veras hemos aprendido algo del envilecimiento presidencial?

La Biblia narra cómo el pueblo israelita atravesó por muchos años el desierto, porque buscando la tierra prometida se atrevieron a adorar un becerro de oro y no a Dios con el que se portaron malagradecidos, ya que éste y no el becerro los habían liberado de la esclavitud egipcia.

¿Aquí qué lecciones hemos aprendido del desierto de odio presidencial que todo lo seca, que destruye instituciones, pisotea leyes y provoca retroceso económico perjudicando a las familias más pobres? Ninguna.

Los monaguillos de López han aprendido a dejar que el pueblo sufra en manos de los delincuentes, a corromper gente comprándoles el voto en efectivo o con programas asistencialistas-clientelares, a usar la impartición de justicia en su provecho personal, a robar del erario valiéndose de la impunidad que otorga el ser partidario fanático del presidente o bajo la cobija de la dizque seguridad nacional. Si, ésos sí han aprendido porque no son iguales sino peores.

Le comenté a Matilde que en todo caso estamos aprendiendo que la democracia no se construye de una vez y para siempre, sino que no falta el conservador, el retrógrada, el retardatario de la historia que le dé para atrás.

El aprendizaje mayor de este régimen es que la democracia puede ser desmontada con los votos y con las botas. Con los votos electorales irracionales y comprados y con las botas militares también compradas. Asimismo que el cinismo es una formidable arma para someter, que el miedo, el hambre, la flojera y la ignorancia son las mejores formas de arremeter contra un pueblo para tiranizarlo, que el uso estratégico del hambre puede arrodillar a una nación entera, que el “divide y vencerás” es una antigua verdad que en México está más vigente que nunca.

Ciertamente, el desgobierno lopizta nos dejará con muchas cosas que aprender para levantar el país que merecemos. Por ello el papel de la educación, en todos sus niveles, tendrá que ser la protagonista del México que ha de venir.

La elevación cultural de nuestro pueblo para que no resbale otra vez en las garras de los demagogos, ni en la pereza, ni en la barbarie, es tarea urgente. Miguel Hidalgo rompió las cadenas que esclavizaban por los por los pies y por las manos a los mexicanos. Toca ahora romper las cadenas de ignorancia y fanatismo que muchos tienen en la cabeza y que los esclavizan al régimen dictatorial y populista sin dejarlos ser mujeres y hombres libres.

Así que aprendamos que la civilidad es la herramienta para progresar; que los militares no deben meterse en política y deben someterse al mando civil; que no somos un país rico sino hasta que tengamos riqueza en la cabeza para aprovechar la riqueza nacional; que la justicia debe estar en manos honestas, inteligentes, profesionales e independientes y no de lambiscones y criminales; que valioso tesoro a conservar es la división de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, nunca uno sometido a otro; que nunca hay que votar enojados; que el caudillismo se tiene que desterrar de la vida nacional, porque es malo que alguien quiera mandar solo y más malo que se quiera eternizar en el poder por sí o por interpósita persona; que debemos conservar y mejorar nuestro órgano arbitral electoral y no dejar que lo debiliten con la intención de que las aguas del río se agiten y deriven a la violencia; que el México y el municipio que queremos nace de cada uno de nosotros, o sea que el país decente que anhelamos es la suma de muchas decencias individuales, resultado del compromiso de todos a convivir dentro del Estado de derecho, comprometidos con la comunidad municipal y nacional, entre otras cosas.

El sexenio de López no ha sido, sin embargo, una enseñanza. Es una tragedia política, económica y moral. Y así, ¿qué se puede aprender? Se aprende en la libertad, sin miedos, y cuando la libertad no se toque. Cuando esto se logre estaremos en condiciones de que la tragedia no se repita.

Dicho lo anterior, dejo el micrófono a fin de dar paso a unas palabras más para el diccionario de la 4T, con aportaciones de Eduardo Méndez.

DEFENSOR DE VICIO.- Dícese de cuando el presidente defiende viciosamente a sus colaboradores al ser descubiertos en sus tranzas e ineptitudes por la prensa.

GANSOLVERÁ.- Viene de gansolver. Absolución presidencial a todo aquél corrupto que sin arrepentirse se pase al narcopartido del presidente.

CÓMICRON.- Risa contagiosa provocada cuando el Tlatoani tropical se infectó después de aseverar que sólo los corruptos se infectan. Como cuando cae más rápido un hablador que un cojo.

FUERZAS AMADAS.- Dícese del chiqueadísimo pejército nacional que ya tiene apergollado al presidente.

ROMPAN FILAS.- Órden del mero mero dada a militantes de partidos contrincantes para que chaqueteen y se pasen a su ejército de levantadedos a fin de que lo ayuden a militarizar al país y a destruir al INE por si su morena pierde.

VIETNAMLO.- Guerra que solo sucede en la cabeza calenturienta y amargada del mero mero, o sea en su “Amlocalipsis now”, entre buenos y malos, conservadores suyos y conservadores no suyos.

COMANDANTE EN PEJE.- General de la División del país en chairos y fifís, en los que se dejan manipular y en los que sí le piensan tantito.

UNIVERSICARIO.- Supremo jefe militar que malagradecido torpedea un día sí y otro más a su propia alma mater, la UNAM.

DECRE(PI)TAZO.- Acuerdo decretado merced al cual el brujo mayor se hace jefe de la milicia gerontrocrática gobernante. Dícese también del pitazo que Estados Unidos le dio al Tlatoani sobre el paradero de Caro Quintero y Ovidio Guzmán.

DIÁLOGO DE SARDOS.- Platicadera sin ton ni son entre el líder de los abrazos y sus soldaditos de paja, sus partidarios, pues.

SEGURIDAD GANSIONAL.- Decretazo para acuartelar a la transparencia en todas las grandes e inservibles obras. Que las tranzas no se vean. Que se hagan, pero puestas a resguardo.

MILICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS.- El Ejército en el México irreal que sólo existe en la cabeza de ya sabes quién.

Sean felices.