La Piedad, Mich.- La Asamblea General designó el 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra a través de una resolución adoptada en 2009.
Su origen se remonta a 1970, un periodo en donde la protección del medio ambiente no era una prioridad en la agenda política.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano de 1972 celebrada en Estocolmo sentó las bases de la toma de conciencia mundial sobre la relación de interdependencia entre los seres humanos, otros seres vivos y nuestro planeta.
Así mismo, se estableció el 5 de junio como el Día Mundial del Medio Ambiente y se creó el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la agencia de la ONU encargada de establecer la agenda ambiental a nivel global, promover la implementación coherente de la dimensión ambiental del desarrollo sostenible en el sistema de las Naciones Unidas y actuar como un defensor autorizado del medio ambiente.
En 1992, más de 178 países firmaron la Agenda 21, la Declaración sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo y la Declaración de Principios para la Gestión Sostenible de los Bosques en la «Cumbre de la Tierra», celebrada en Río de Janeiro (Brasil).
Desde entonces, todos los esfuerzos por crear conciencia medioambiental crecieron exponencialmente: la Cumbre de la Tierra de Johannesburgo en 2002; la Declaración en 2008 del Año Internacional de la Tierra; la declaración oficial de la ONU del Día Internacional de la Madre Tierra; Río+20 , donde se elaboró un documento que contenía medidas y prácticas para implementar un desarrollo sostenible; o las más recientes, como la Cumbre del Clima o la COP25, ambas enfocadas al cumplimiento del Acuerdo de París.
Así, cada año, en las Naciones Unidas se conmemora a nuestra Madre Tierra a través de la iniciativa «Armonía con la Naturaleza», una plataforma para el desarrollo sostenible global que celebra anualmente un diálogo interactivo con motivo del día internacional.
Los temas incluyen métodos para promover un enfoque holístico de la armonía con la naturaleza y un intercambio de experiencias nacionales sobre criterios e indicadores para medir el desarrollo sostenible en armonía con la naturaleza. Este año, la biodiversidad es el tema estrella.
Cuando la Madre Tierra nos manda un mensaje
La Madre Tierra claramente nos pide que actuemos. La naturaleza sufre. Los incendios en Australia, los mayores registros de calor terrestre y la peor invasión de langostas en Kenia…
Ahora nos enfrentamos a COVID -19, una pandemia sanitaria mundial con una fuerte relación con la salud de nuestro ecosistema.
El cambio climático, los cambios provocados por el hombre en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden aumentar el contacto y la transmisión de enfermedades infecciosas de animales a humanos (enfermedades zoonóticas).
De acuerdo con PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), una nueva enfermedad infecciosa emerge en los humanos cada 4 meses. De estas enfermedades, el 75% provienen de animales.
Esto muestra las estrechas relaciones entre la salud humana, animal y ambiental.
El impacto visible y positivo del virus, ya sea a través de la mejora de la calidad del aire o la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, no es más que temporal, ya que se debe a la trágica desaceleración económica y la angustia humana.
Recordemos más que nunca en este Día Internacional de la Madre Tierra que necesitamos un cambio hacia una economía más sostenible que funcione tanto para las personas como para el planeta. Promovamos la armonía con la naturaleza y la Tierra.
Debemos actuar con decisión para proteger nuestro planeta tanto del coronavirus como de la amenaza existencial de las perturbaciones climáticas, la crisis actual es una llamada de advertencia sin precedentes, necesitamos convertir la recuperación en una verdadera oportunidad de hacer lo correcto para el futuro.
En La Piedad el SAPAS continúa trabajando en el tratamiento de las aguas residuales en la planta de tratamiento de Potrerillos, donde su proceso es biológico de tipo secundario mediante lagunas de estabilización con aireación en lagunas facultativas y con una capacidad de 200 litros por segundo (l.p.s.), en dos módulos de 100 l.p.s., donde el tiempo de retención hidráulico es de 8 días, y la planta de tratamiento en la comunidad del Cuitzillo que cuenta con una capacidad de 30 litros por segundo (l.p.s.) y se tratan actualmente 20 l.p.s., y su tiempo de retención hidráulico es de 16 días. Una vez que el proceso del tratamiento del agua residual termina, el agua tratada en su mayoría se vierte al Río Lerma y un porcentaje de esta es utilizada para el riego de las áreas verdes públicas y otro para el riego agrícola en la zona cercana de la Planta de Tratamiento de Potrerillos.
La cobertura de tratamiento de Aguas Residuales en La Piedad es del 98 %, donde se incluyen las zonas servidas por SAPAS y las de los Comités independientes, además de algunas colonias y fraccionamientos conurbados.
Esto ayuda a preservar este valioso recurso y a que pueda regresar a ríos, mares o lagos sin ningún contaminante que ponga en peligro la vida de los animales y la salud de las personas.
Este día nos brinda la oportunidad de sensibilizar a la población acerca de los problemas que afectan a la Tierra y a las diferentes formas de vida que en ella se desarrollan, y con ello llevar a cabo acciones encaminadas a combatir la contaminación y el cambio climático, sumémonos a esta celebración con acciones que mejoren las condiciones de nuestro planeta, como: cambiar las lámparas incandescentes a focos ahorradores, promover la reforestación, el cuidado del agua, reutilizarla, promover el reciclaje, y fomentar el uso de la bicicleta y transporte público.
Las pequeñas acciones son las que dan pie a los grandes cambios.