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En La Piedad los niños no importan; son los pobres entre los pobres

Por: Rafael Ayala Villalobos

En La Piedad los niños la pasan mal.


A la federación no le importan.

Pareciera que el actual gobierno federal la trae contra las niñas, los niños y los adolescentes de México y de La Piedad.

En salud, educación y seguridad la infancia está sufriendo el deterioro de sus condiciones de vida. También en su alimentación y nutrición.

Con el monumental fracaso del Insabi, la cancelación del Seguro Popular, la carencia de medicamentos y vacunas, aumentó por miles la cantidad de niños piedadenses que no tienen acceso a los servicios de salud.

Vaya usted al ISSSTE por atención pediátrica, o tramite citas de imagenología en el IMSS, o pregunte cuántas vacunas hay del catálogo básico de vacunación en el Centro de Salud…

Hace poco el gobierno presumió que en México hay menos pobres. Depende como se vea el dato, porque la pobreza se mide en forma multidimensional: de 2018 para acá creció la carencia en educación; y peor aún: el número de mexicanos sin acceso a servicios de salud pasó de 20 a 50 millones. Claro que eso impacta negativamente a los niños de La Piedad.

El presidente dijo que había corrupción en las Estancias Infantiles y en las Escuelas de Tiempo Completo y los canceló sin miramientos, como sin miramientos tiene a las familias y a los niños expuestos a la pobreza y a la violencia contra la que el gobierno carece de estrategia.

Si en La Piedad en 2022 hubo casi 40 desaparecidos y tan solo en lo que va del 2023 ya son más de 250, lo que ha provocado indignación social y algunas movilizaciones, veamos este doloroso dato: la tasa de desaparecidos menores de 18 años casi triplica a la de las mujeres mayores de 18 años desaparecidas. Y sin embargo no salimos a la calle a pintarrajear monumentos ni a romper ventanas porque al fin y al cabo de trata de menores que no tienen credencial para votar. Tristemente estoy refiriéndome a La Piedad.

En materia de educación la infancia está resintiendo la reducción del presupuesto para educación en términos reales, la eliminación de las evaluaciones como principal mecanismo de ingreso y superación de los docentes, la supresión del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación que evaluaba objetivamente los resultados de la educación y la orientaba en forma especializada, y la eliminación de las reformas que limitaban a la mafia que tiene controlado al sistema educativo público.

Ni qué decir que la autoridad educativa no ha hecho nada para que los niños y adolescentes que abandonaron sus estudios durante la pandemia regresen, ahondando con ello el rezago educativo. Lo vemos en La Piedad en donde no se ha recuperado la matrícula pre-pandemia.

La lectura de comprensión y matemáticas son dos aspectos elementales en la formación académica de la niñez que casi borran los nuevos libros de texto gratuitos con graves consecuencias para las nuevas generaciones.

El problema educativo en La Piedad se ahonda cuando vemos los datos siguientes del INEGI: 2,439 niños entre 3 y 5 años de edad (41.6%) no asisten a la escuela; tampoco 620 niños de entre 6 y 11 años (5.6%); de igual forma 1754 adolescentes de entre 15 y 17 años (33.1%). Para ello no hay estrategia de ningún orden de gobierno. Nuestro promedio educativo sigue siendo de primero de secundaria.

El problema de la niñez es amplio y grave y requiere que la ciudadanía reclame soluciones, pero enfoquémonos por ahora en el desarrollo infantil temprano (DIT), esto es, el arranque en la vida, cuando desde la etapa intrauterina hasta los 6 años de edad las niñas y los niños viven un proceso de cambios fisiológicos y neurológicos que determinan las posibilidades de una persona de alcanzar su potencial.

Un correcto fomento del desarrollo infantil temprano es básico para la persona, su familia y la sociedad; por eso es importante analizar cómo están los niños menores de seis años en La Piedad y diseñar políticas públicas que construyan un sistema integral que les igualen las oportunidades para que logren mayor movilidad social y económica.

Una aclaración: el DIF es parte del sistema que hay que construir, pero no es la totalidad del sistema.

Es en la salud donde desde el inicio de la vida prenatal se da o no se da la movilidad social ascendente. A como ahora está el sistema de salud, se verá en los años venideros que los ahora menores de 6 años tendrán dificultades para obtener logros educativos, laborales y económicos.

Como municipio algo tenemos que hacer al respecto ante la irresponsabilidad y las omisiones de los gobiernos estatal y federal. Hay que atacar la desigualdad de oportunidades desde los primeros años de vida.

No tener un conjunto de políticas, programas y acciones articulados para garantizar los debidos cuidados a la infancia es un problema grave.

La vulnerabilidad socioeconómica y los entornos familiares poco favorables y hasta violentos son factores internos de las familias que limitan la posibilidad de contar con las condiciones mínimas necesarias para el desarrollo infantil temprano; asimismo, existen factores externos que obstaculizan dichas condiciones, tales como escasa oferta de servicios públicos y privados a precios accesibles. Por ahora muy pocos hacen realidad ese derecho, principalmente por pobreza.

Las consecuencias son: limitación de las capacidades de aprendizaje y habilidades psicosociales, escaso rendimiento académico y productivo y más tarde en la vida de las personas, pérdida de oportunidades y estancamiento en la movilidad social.

A nivel federal hay 41 programas que en teoría apuntalan el desarrollo infantil temprano, orientados a la salud, la alimentación, la enseñanza inicial, cuidados, estimulación y otros, sin embargo a La Piedad no llegan porque están focalizados en más de un 60 por ciento en la Ciudad de México y los 5 estados con mayor población, lo que da pie a pensar que se aplican con criterios clientelares políticamente. En estos programas la Auditoría Superior de la Federación ha detectado corrupción.

¿Qué hacer?

Va una propuesta:

Construir un sistema municipal integral para el desarrollo infantil temprano con tres ejes:

1. Paquete primario universal que incluya cuidado prenatal y de la madre, desarrollo físico, el desarrollo del lenguaje/comunicación, el desarrollo motor (fino y grueso), así como el desarrollo emocional y cognitivo. Los campos de acción del desarrollo infantil temprano deben concentrarse en la educación preescolar y en la procuración del bienestar,

2. Paquete de políticas públicas para una atención integral, como son programas de alimentación, nutrición y salud, programas de educación de los padres que abarque la difusión de buenas prácticas de crianza. Círculos de cuidado infantil y guarderías. Combate a la pobreza y políticas de inclusión y protección social.

3. Un eje de acción que incluya a los actores principales, sujetos a regulación, que incluyen también a la familia, a los Círculos de cuidado infantil, los jardines de niños, las instituciones de gobierno, salud, bienestar, DIF, etc.

Se trata de una propuesta que necesita mayor explicación pero no es este el lugar adecuado para hacerlo.

Es una propuesta que debe cuidar el respeto en la interacción y en la coordinación interinstitucional y entre ésta y la sociedad civil.

La pobreza se mide multidimensionalmente, ya se sabe. Al hacerlo se evidencia que el grupo de población con más pobres es el de los niños y adolescentes.

Las infancias son los pobres entre los pobres, pero como muchos de sus adultos responsables de su cuidado y de velar porque puedan ejercer sus derechos, están muy contentos recibiendo pensión, no protestan.

Los niños no votan, los adultos sí. Ahí está el detalle. Esto es éticamente inaceptable.

Las cosas empeorarán si a nivel municipal no actuamos porque el gobierno federal acaba de proponer eliminar el Sistema Nacional de Protección Integral a las Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) y está ahorcando con todo tipo de recursos la operación del DIF.

Urge localizar apoyos para niños sin seguridad social, universalizar los programas, bajarlos, crear Círculos de cuidados infantiles y buscar la manera de paliar aunque sea un poco la desaparición de escuelas de tiempo completo.

En La Piedad la mitad de la población infantil está en situación de pobreza multidimensional; hecho de por si grave.

Los niños aquí padecen abuso, corrupción, violación, tráfico de menores, y son víctimas de lesiones. Se les disciplina violentamente porque las mamás y los papás así también fueron educados. Sufren lesiones intencionales. La violencia familiar se ha incrementado notoriamente. Cada día son más los muchachos con ideaciones suicidas.

Tan triste situación de la niñez se agrava por la cultura adultocéntrica y adultocrática, machista y misógina que tenemos.

Grave es el problema de la infancia piedadense.

Pongámoslo visible para analizarlo y buscarle soluciones desde lo municipal.

Por lo pronto aquí está una propuesta inicial que puede servir de punto de partida al diálogo municipal con o sin campañas electorales.

Sean felices.