Apatzingán, Michoacán, vive momentos de tensión tras dos días consecutivos de enfrentamientos armados entre grupos delictivos antagónicos en la localidad de Hacienda La Huerta.
Los choques, presuntamente relacionados con disputas territoriales entre el Cártel de los Caballeros Templarios y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), han provocado temor y desasosiego entre los habitantes.
El primer enfrentamiento ocurrió la tarde del sábado 4 de enero, cuando se reportaron intensas balaceras en la zona, acompañadas de dos explosiones atribuidas al uso de drones cargados con explosivos, conocidos como “narcodrones”. Aunque no se confirmaron heridos o fallecidos, las autoridades locales sospechan que los grupos involucrados pudieron haber retirado a sus lesionados o muertos del lugar.
El domingo por la mañana, alrededor de las 9:00 horas, se registró un nuevo tiroteo con armas de grueso calibre en la misma área. Las ráfagas de disparos alertaron a los vecinos, quienes buscaron refugio en sus hogares y en algunos casos documentaron los hechos en video.
Ante la escalada de violencia, elementos del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y la Guardia Civil intensificaron su presencia en Apatzingán, desplegando operativos para restablecer el orden y garantizar la seguridad de los habitantes. Sin embargo, hasta el momento, no se han realizado detenciones relacionadas con estos enfrentamientos.
Fuentes militares han señalado que la región es un punto estratégico para las actividades ilícitas, lo que la convierte en un escenario frecuente de disputas entre organizaciones criminales.
La población de Apatzingán vive con incertidumbre y temor, mientras las autoridades continúan los patrullajes y labores de vigilancia. Este nuevo episodio de violencia refleja los desafíos que enfrenta Michoacán en materia de seguridad y la urgencia de encontrar soluciones para frenar la incidencia delictiva en el estado.
