Por Mayra Teresa Gaxiola Soto
Sabemos que el empoderamiento, es la capacidad de las mujeres para ampliar sus opciones de vida y tomar sus propias decisiones. Hemos constatado en diversos ejemplos que las piedadenses saben y pueden, (además de la carga de trabajo doméstico del que no se escapan), generar ingresos propios de diversas maneras, dentro y fuera de casa. Sólo necesitan un empujoncito para tener libertad de movimiento económico.
Y es que, emprender sí saben, lo hacen cientos, sobre todo en redes sociales y principalmente lo vimos durante la pandemia, algunas obligadas por sus circunstancias económicas, otras para ‘matar el tiempo’, o porque así se manejan siempre, ocupadas. El hecho es que las mujeres piedadenses demostraron que saben y pueden, pero faltan más apoyos para que no se descapitalicen.
O COMEN O TRABAJAN
En pláticas informales que no se pueden llamar entrevistas, he conversado con varias de ellas, al ver que ya no ofrecen en línea algunas de las cosas que vendían y compruebo con su respuesta que no estoy equivocada cuando afirmo que faltan más apoyos económicos y sobre todo que los que existen tengan más difusión.
Lo anterior, porque la mayor coincidencia en las respuestas es que por la misma situación económica, las ganancias ‘se las comen’, es decir, en lugar de resurtir su negocio o comprar materia prima para seguir produciendo, compran despensa para mantener a su familia y esa es una realidad que no se puede eludir ni ocultar.
Para cualquier mujer es muy motivante salir de esa zona cómoda de sólo alargar la mano para recibir dinero venga de quien venga, (así sea el marido) y autoemplearse, demostrar que es autosuficiente. El hecho de que alguien crea en tus capacidades y te motive es muy importante para la autoestima, para el crecimiento personal.
Y si la mujer está bien, todo marcha bien en la familia, lleva una mejor relación con el marido, con los hijos, se siente útil y hasta se enseña a redistribuir el trabajo doméstico que ordinariamente hace sola y obtiene con gusto, respuesta positiva. Hagan la prueba y verán que así sucede.
ES LA CAPACITACIÓN, LA MEJOR HERRAMIENTA
Claro que, no sólo trabajando desde casa, elaborando o vendiendo artículos en línea generan ingresos, pueden iniciar su propio negocio de servicios diversos. Obviamente lo que se necesita para lograrlo es apoyo, educación y motivación.
Aunque nuevamente una vez capacitadas, necesitan apoyos crediticios para montar el negocio con lo mínimo necesario, que les den algunos meses de gracia para iniciar a pagar, dando tiempo a que se aclienten, que sean plazos largos y bajos intereses. ¿Cree que estamos pidiendo demasiado
para las mujeres piedadenses? ¿Va a responderme desde el anonimato que ya AMLO tiene programas de apoyo para ellas y para toda la gente? Sí, es verdad, pero, aun así, son insuficientes y demasiado pobres.
Lo que hace falta es que se dé el empujón de a deveras, no sólo a las mujeres sino a todos los sectores de la sociedad para que se esfuercen que busquen un mejor nivel de vida y que no se conformen con dádivas.
OTRA DESPROTECCIÓN
Mal que bien, con el desaparecido seguro popular las mujeres se sentían protegidas, porque otro de los problemas que enfrentan las emprendedoras, según sus propias palabras, es que al ser sus propias patronas no cuentan con seguro social, y con ello, claro, ninguno de sus beneficios, como incapacidades por enfermedad o embarazo, sólo por mencionar algunos, así que o trabajan o trabajan, llueva, truene o relampaguee porque de lo contrario saben que no tendrán para atenderse médicamente cuando lo requieran y no contarán con una maternidad tranquila y remunerada.
PRIMERO CAPACITARSE Y LUEGO BUSCAR EL BILLETE
Quienes se interesan por emprender otro tipo de negocio que no sea sólo en línea que es lo que más prolifera, en La Piedad pueden aprender varios oficios como en el ICATMI, por ejemplo, donde imparten cultora de belleza, corte y confección, carpintería, reparación de electrónicos, cocina y hasta inglés, que son los que recuerdo, pero puede haber otros.
Pero también podrían hacerlo en línea por medio de alguna fundación, como como la de Carlos Slim, que tiene un área específica de capacitación para el empleo, donde se ofrecen talleres gratuitos de oficios y ocupaciones técnico-operativas para contribuir al desarrollo de competencias productivas de las personas.
Una vez capacitadas, pueden tramitar un crédito.
Claro que sabemos de las diversas dificultades que enfrentan cuando llega ese momento, empezando por el hecho de que hay casos donde piden la aprobación del marido a quienes están casadas, para tramitar diversos créditos, cuando está comprobado que las mujeres somos más cumplidas que los hombres al momento de pagar y más prudentes al solicitarlo, analizando primero nuestra capacidad.
Sin embargo, lamentablemente así están las cosas, no sólo en esto sino en diversos ámbitos más, aun cuando nosotras demostramos con hechos que equivocan esas decisiones. Por ejemplo, las empresas en las que las mujeres ocupan al menos la mitad de los puestos ejecutivos han demostrado generar un mayor crecimiento de las ventas, beneficios por acción y rentabilidad. Pero bueno, no nos desviemos.
LAS MUJERES EMPLEAN A MUJERES
Estamos con el tema de las mujeres emprendedoras y cómo pueden lograr sobresalir aun teniendo todo en contra, porque impedir que las mujeres creen y desarrollen sus propias
empresas limita no solo su propia independencia financiera, sino que promueve la desigualdad en la sociedad en general.
Y es que tradicionalmente los negocios por más pequeños o grandes que sean, propiedad de mujeres contratan a mujeres, lo que significa que la discriminación en materia de apoyos crediticios baratos, a largo plazo, no solo afecta a las mujeres emprendedoras, sino que también limita la participación de todas las mujeres en la economía.