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Inclusión, nuevo modelo educativo mexicano

Morelia, Mich.- Ante las comunidades vulnerables, México ha adoptado un modelo educativo distinto, el de la inclusión, el cual tiene que ver con la equidad, justicia social y respeto a las diferencias, aseguró la doctora Rebeca Rodríguez Garza, de la Escuela Normal de Especialización de Monterrey, al sustentar la conferencia “Comunidades inclusivas: trabajo colaborativo y toma de decisiones”.

Durante su disertación virtual, efectuada en línea respetando las directrices de sana distancia, ante estudiantes y catedráticos del Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación, la especialista señaló que cada país tiene un modelo de desarrollo, el cual busca el progreso de todos los ciudadanos, lo que implica articular la historia que se tiene como sociedad, la cultura, la política, la producción económica y otros factores más.


Explicó que el desarrollo inclusivo se basa en la garantía de acceso universal de la educación; a la equiparación de oportunidades, equidad y justicia, además de aprovechar y potenciar la ampliación de derechos y capacidades de las personas en su diversidad y especificidad.

Por otra parte, valora la contribución que a la sociedad hace cada ser humano, a la vez de promover la diferencia, apreciar la diversidad y transformar la vulnerabilidad en ventajas y oportunidades.

Admitió, usando plataformas virtuales, que muchos grupos vulnerables han sido marginados, por lo que la política de desarrollo social se ha enfocado al bienestar, derecho a la educación, territorio, a la no discriminación y al desarrollo sostenible.

Rodríguez Garza hizo hincapié en que el énfasis de la política educativa en México está inmersa en la búsqueda de una nueva escuela mexicana, donde se dé prioridad a una educación de excelencia, integral, intercultural, inclusiva y equitativa.

Concluyó que en una educación inclusiva hay elementos clave, como responder a la diversidad, participación y presencia de logros y asegurar que todos aprendan, y que aunque existen barreras que limitan el aprendizaje y la participación plena y efectiva, éstas se deben identificar, prevenir y eliminar, logrando con ello el apoyo educativo de alta calidad para las y los estudiantes vulnerables.