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La Importancia de Enseñar Responsabilidades a los Niños

Ana Gabriela Campos Ramirez – Educar no es una tarea fácil, es un reto para nosotros y un proceso largo que comienza en casa, pero no termina ahí. La educación continúa en otros ambientes como la escuela y diversos contextos sociales. Sin embargo, la base más importante se da en casa, donde se les ayuda a los pequeños a alcanzar la capacidad de ser independientes y de valerse por sí mismos.

Aprender a ser responsable es esencial para que nuestro pequeño madure tanto emocional como cerebralmente. Por ello, es indispensable enseñar desde edades tempranas la adquisición de responsabilidades. Asignarles tareas a nuestros hijos en diferentes aspectos de la vida les ayuda a evitar la dependencia, inmadurez social e inseguridad, además de fomentar el desarrollo del sentimiento de competencia, autoestima, sentido de compromiso y seguridad en sus propios recursos.


En ocasiones nos cuesta confiar en nuestros hijos y dudamos de su capacidad para tomar decisiones. Justificamos sus conductas diciendo “solo es un niño”, lo cual impide que aprendan a comportarse correctamente y dificulta la modificación de conductas inadecuadas en el futuro.

Entonces surge la pregunta: ¿cuándo empezar a dar responsabilidades? A menudo se piensa que los niños pequeños son incapaces de asumir tareas y que siempre necesitan la supervisión de un adulto. La respuesta es que debemos empezar tan pronto como ellos puedan entender y comunicarse, ya que su capacidad de resolución de problemas está en pleno desarrollo. Las responsabilidades se deben asignar conforme a la edad: un niño de 2 años no podrá realizar las mismas tareas que uno de 6, ni se espera que las hagan a la perfección. Como padres, debemos ser conscientes de que no asignarles responsabilidades puede ser perjudicial en lugar de beneficioso.

Una sugerencia es pensar en cómo queremos ver a nuestros hijos en 10 años. Imaginémoslos en la escuela, en su familia y con amigos. Si queremos verlos seguros, activos y capaces de resolver problemas por sí mismos, entonces es momento de empezar a enseñarles y reforzarles el sentido de responsabilidad.

Como consejo, los padres deben ser constantes, explicarles cómo hacer las tareas, facilitar el trabajo pero permitirles cometer errores, valorar sus logros y principalmente confiar en ellos. Una vez que cometan errores, reflexionen juntos sobre qué pueden mejorar la próxima vez, pero no les solucionen los problemas desde el principio. De esta manera, estaremos forjando el carácter de nuestros hijos para que sepan sobrellevar cualquier situación que se les presente en su vida diaria.