Inicio Nuestro México La Purísima, donde nació la historia del pueblo piedadense

La Purísima, donde nació la historia del pueblo piedadense

La Piedad, Mich.- El Templo de la Purísima Concepción fue construido con el objetivo de venerar en él la Sagrada Imagen del Señor de La Piedad, Santo Patrono del lugar y por quien se puso el nombre que ahora lleva la ciudad: La Piedad.

La construcción de esta obra se considera iniciada durante los años finales del siglo XVII, para concluirse en los primeros años del entonces naciente siglo XVIII.


Fue mandada edificar por Don Alonso Estrada Altamirano, quien era dueño de la Hacienda de Santa Ana Pacueco, perteneciente al Estado de Guanajuato.

Durante el transcurso de su historia, la estructura original ha sufrido varios cambios que han modificado su aspecto original, tanto en lo que le concierne individualmente como en el panorama que le rodea. En la Época Contemporánea, la edificación luce una imponente arquitectura de estilo neoclásico, tipo artístico que se observa en varios de los edificios de la arquitectura tradicional de la localidad.

A un costado del templo, se construyó el actual Hospital Civil “Benito Juárez”, que dejó de funcionar como tal en el año de 2008. Este edificio luce una imponente estructura hecha con cantera rosa regional; antiguamente el edificio del hoy nosocomio, funcionó como Casa de Ejercicios Espirituales, función derivada del sacro recinto del que formaba parte. Al frente de ambos se extiende el parque “Marcos H. Pulido”, que con sus elegantes jardines, su típico kiosco central y sus numerosos monumentos de hombres que contribuyeron a la historia local, forman un conjunto de maravillosos matices. Este parque es conocido en el consenso popular como el parque de “La Purísima”.

Una de las fiestas tradicionales de la localidad es la que se realiza en honor de esta advocación de la Santísima Virgen María; tiene lugar el día 8 de diciembre de cada año y en ella se aprecian características que identifican a las fiestas mexicanas: mañanitas durante la madrugada, venta de antojitos típicos como los buñuelos, tamales, atole, pozole, enchiladas, cañas, papitas, garbanzos, etc. la banda de música en el kiosco, el lanzamiento de cohetes que estallan en lo alto y la imprescindible “quema del castillo”.

Las personas que visitan el sagrado recinto se cuentan por miles, dando muestra de las fuertes raíces religiosas que caracterizan a la población piedadense.