En México, los niños que egresan de la primaria enfrentan severos problemas de aprendizaje, pues más del 95 % no sabe resolver operaciones matemáticas con fracciones decimales y el 60 % tiene “graves deficiencia en lectura a un grado que se puede decir que no saben leer”.
Esta situación genera dificultades graves para los maestros y alumnos cuando estos llegan al nivel de secundaria para enfrentarse a cambios emocionales propios de su edad y un nivel de exigencia académica más alto.
Lo anterior fue revelado por un estudio que recientemente realizó la empresa de origen japonés denominada Kumon, cuyo presidente Luis Chiba Ramayoni consideró “que esta problemática debe convocar al esfuerzo de todos, tanto instituciones de educación como padres de familia, para en conjunto avanzar en la recuperación de las habilidades de estudio y conocimientos de los estudiantes”.
Y es que, la situación se torna delicada debido a que el 80 % de los niños en ese rango de edad (entre 9 a 11 años) padece diversos niveles de estrés por el rezago académico provocado por la pandemia mundial de coronavirus.
La empresa japonesa analizó más de 3 mil pruebas de diagnóstico de habilidades escolares, así como datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y organizaciones como la Unión de Padres de Familia, para dicho estudio.
Los ejes de la investigación se centralizaron en las áreas de matemáticas, lectura e inglés, con los resultados que ya se mencionan.
Por otra parte, la compañía compartió que el 35 por ciento de los alumnos no saben sumar y restar y que el 60 por ciento no saben leer o lo hacen con mucha dificultad y su comprensión es mínima.
Hasta ahora, la Secretaría de Educación Pública no ha revelado cuales son las estrategias a seguir para mejorar el proceso enseñanza- aprendizaje, luego de las problemáticas generadas durante la pandemia.
Se sabe que ahora que el regreso a clases es presencial en todas las escuelas del país, se están evidenciando graves carencias y se abre una brecha muy significativa entre los alumnos que tiene que ver con el poder adquisitivo y estilo de vida de sus padres.
Durante más de dos años, millones de niños estuvieron alejados de las aulas, tomando clases virtuales a través de dispositivos electrónicos y medios digitales de comunicación. El problema estriba en la gran cantidad de familias que no pudo contar con una computadora, tableta o teléfono móvil, así como conexión a internet.