Por: Rafael Ayala Villalobos
Lectora, lector queridos, estoy muy contento porque mi amigazo Palemón vino de Monterrey a La Piedad motivado por un zarpazo de la nostalgia que lo regresó hasta su época del kínder, y platicamos de pelos.
Con motivo del Día de Muertos quería visitar la tumba de sus padres y algunos otros lugares para él importantes como la casona de la calle Nicolás Bravo que albergó a su preescolar María Elena Chanes, la biblioteca municipal, las Patitas de Don Leoba, la Preparatoria Mártires de la Reforma, el hospicio Casita de Nazareth, el Cerro Grande, la calle Juárez donde vivió su novia imposible, el callejón donde estuvo la zona de tolerancia, la nevería del portal de abajo donde estuvo El Sorrento, el Santuario del Señor de La Piedad, entre otros a los que fui con él porque me hizo favor de invitarme.
Al terminar la preparatoria Palemón se fue a Monterrey sin más nada que la bendición de su mamá, misma que le sirvió de mucho ya que se graduó de ingeniero químico. Allá se quedó a vivir y a progresar, a casarse, a ser abuelo y a jubilarse.
Palemón siempre ha sido a toda madre, locuaz y divertido; de pensamiento agudo era muy partidario de López Obrador del que se decepcionó y ahora desconfía de la intentona autoritaria de la cuatroté.
“Es evidente que andamos mal –dice Palemón-: según datos del INEGI, por 30 años México tuvo un crecimiento económico promedio de 2% y ahora en el quinto año de este gobierno ¡andamos en 0.05%! promediando todo el gobierno de López Obrador”.
Agrega: “Aparte de que se están desmantelando instituciones democráticas y dificultando la operación de organismos como el INE, el INAI, o al mismo Poder Judicial Federal para monopolizar en la presidencia el poder y el dinero, llevando al país al voluntarismo populista, hay más homicidios, desaparecidos, desatención en la salud y caída de la calidad educativa, sin dejar de mencionar que como nunca, los estados y los municipios han perdido recursos a los que como parte de la federación tienen derecho para cumplir sus obligaciones”.
– En los presupuestos de egresos de la federación de 2023 y de 2024 no viene nada etiquetado para Michoacán y La Piedad en cuanto a obras de infraestructura –le comento, reafirmándole que tiene razón-.
– ¡Háiga cosas! –exclama, a lo norteño-.
“Encima –sigue Palemón-, el INEGI demuestra que la población se ha empobrecido casi en 450%, ya que mientras en 1987 se necesitaban 5 horas de trabajo para adquirir la canasta básica, en 2018 se necesitaron 9 y ahora en 2022 ¡se necesitaron 16 horas!. Por eso te digo: con la cuatroté vamos para atrás y tengo que reconocer que fui de los que equivocamos el voto”.
Durante los tres días que estuvo Palemón en La Piedad platicamos harto de la vida y de la muerte: “Sé que en el panteón no están más que los restos de mis papás, pero en verdad sé que están con Dios y en mi corazón”, me dijo.
También platicamos de política y de pelos. Les comento que uno de los motivos por los que vino es porque quería recorrer algunos tramos del contaminado río Lerma a su paso por La Piedad, explicándome, sin yo entender bien, una propuesta que dice que va a presentar a los gobiernos municipales del Bajío para sanear al Lerma.
“Es evidente que el gobierno federal ha abandonado al río Lerma, utilizando sus aguas solo con criterios de ganancia capitalista –denuncia Palemón, muy molesto-. Por eso desvía el agua a su paso por La Piedad”.
Dice: “La federación canceló el programa para desazolve, también el que daba fondos a los municipios para canales colectores y plantas de tratamiento, para limpieza de su ribera y lecho y en general todo lo que tiene que ver con la cuenca del Lerma, por eso está más contaminado que nunca”.
Y agrega: “Veo que los municipios le hacen la lucha, realizan lo que pueden, pero la mayoría, como el de Pénjamo, siguen siendo negligentes y descargan aguas pútridas y contaminadas al río que es foco de insalubridad. La federación es la responsable de las aguas nacionales y está incumpliendo su deber”.
“Por eso creo que a los municipios les va a interesar mi propuesta –postula Palemón-. Consiste en crear y colocar en el río mallas colgantes de orilla a orilla, como grandes redes-bolsas que dejen pasar el agua y los peces. En el interior de esas redes-bolsas habrían otras bolsas biodegradables, o tubos pequeños con pelos embutidos de personas y hasta de animales”.
– ¡¿Cómo?! -le pregunté asombrado, con los pelos de punta-.
– Si, mira, como ingeniero químico sé que el pelo es lipofílico y que absorbe muchos de los contaminantes que tiene el río que llegan al Bajío procedentes del alto Lerma. En algunas partes del mundo lo han hecho y está demostrado que, por ejemplo, un kilo de cabello absorbe hasta 8 litros de petróleo –sostuvo-.
Palemón me mostró una libreta donde tiene bocetos y cálculos de cómo serían esos tubos colocados en mega redes en puntos estratégicos del río. “Si la federación de López Obrador nos tiene abandonados, hagamos nosotros algo, ¿no te parece?”, me preguntó Palemón, cuando ayer nos despedimos.
Yo podría pensar que se trata de una de sus bromas jalada de los pelos, pero no, es en serio y tiene base científica. Tomadura de pelo es la de quienes quieren echarle pavimento al lecho del río…
Aunque bien pensado, sí es una tomadura de pelo, pero no en el sentido corriente de la frase, no como un engaño a base de bromas. La tomadura de pelo que quiere Palemón es que los piedadenses casi nos rapemos y juntemos pelo tras pelo, asimismo, los habitantes de los municipios circundantes y los ribereños del Lerma, para deja el pelerío en un peludo centro de acopio donde muchachos del servicio social harían los embutidos para luego colocarlos en el río.
Este, que podríamos nombrar como el Proyecto Más Greñudo que Ha Tenido la Piedad, está de pelos y vendría a paliar si no todo, una gran parte del problema de la contaminación enfermiza de nuestro Padre Lerma tanto por contaminantes químicos, como por derivados del petróleo.
Yo de química soy un ignorante y de sustancias no sé más que de las que lleva una cuba o un vodka tónic, pero alcancé a entender que el de Palemón es un proyecto viable y barato, natural y al alcance de la mano, o mejor dicho, de la cabeza. Es como una esponja que por la absorción del cabello, limpiaría de ciertas sustancias al río, sin contaminarlo más.
Aquí va un pretexto para los que no gustan de bañarse: el pelo es hidrofóbico, o sea que le tiene miedo al agua, pero es lipofílico, esto es que ama las grasas, los aceites y la mugre. O sea que el pelo chupa lo sucio.
La idea incluiría, entre otras, tres acciones: una, convocar a las barberías, peluquerías humanas y de mascotas a unirse juntando cuanto pelo corten para entregarlo en un centro de acopio; otra, habría jornadas de corte de pelo gratuito en las plazas para que la gente se animara a brindar su cabellera; otra, la Iglesia emitiría una Bula despenalizando temporalmente la masturbación, por aquello de que a los chicos les sale un pelo en la mano cuando lo hacen (hay que aprovechar todo).
En medio de las angustias y los dolores ocasionados por el gobierno en su descuido al río Lerma, y que no viene al caso volver a recordar para no echarle más limón a la herida, hay que resaltar que los habitantes de la región de La Piedad somos cotidianamente bendecidos, que somos gente buena –hasta los que le van a Morena-, que somos honestos y solidarios y que junto con también ser muy argüenderos, todo ello revuelto, es nuestro pilar de esperanza para sanar el río Lerma como Dios manda.
Yo ya no tengo mi cabellera sexy de tiempos idos, mis entradas son anchas como la entrada principal de la parroquia y en la coronilla se me ha hecho una tonsura de santo, pero estoy puesto para que me tomen el pelo. La intención es la que cuenta. Por eso los de a tiro calvos, de todos modos irán a la peluquería, a ver si con lupa les quitan siquiera un pelo.
El caso es que entre todos podamos decir que mientras la federación abandonó al Lerma por atender sus jaladuras de pelo como el Tren Maya y Dos Bocas, los piedadenses pusimos nuestro río “al puro pelo”.
Sean felices