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PIEDADENSES DEL LADO CORRECTO DE LA HISTORIA

Fotografía tomada por Severo Ayala Martínez, de quien se dice fue el primer fotógrafo de La Piedad con cámara moderna.

Por: Rafael Ayala Villalobos

El aniversario de la Revolución Mexicana el pasado 20 de noviembre hubiera sido una buena ocasión para reflexionar colectivamente sobre el rumbo de la Revolución Mexicana en La Piedad y su región a fin de entrever los logros reales que trajo a sus habitantes y señalar qué derechos individuales y sociales establecidos por el movimiento armado se están negando hoy a la gente por culpa del mal gobierno, siempre con afán de ver los problemas y juntos buscarles solución.


Hubiera sido una oportunidad para hacer un balance de la mano de historiadores, intelectuales y personas destacadas del quehacer cultural, social, económico, sindical y político de por aquí, sobre cómo van caminando las cosas después de tantos años de iniciada la Revolución Mexicana.

Pero como para esa reflexión se necesitaría un mínimo de honestidad intelectual, independencia mental y decencia de parte de todos, y como por el lado de los partidarios de la destrucción institucional del país, no la hay, pues mejor no la promovimos los que tuvimos la idea de organizar un foro.

Sin embargo respecto al estado de cosas ya la mayoría tiene un juicio claro: el país marcha muy mal, casi que podríamos decir peor que nunca, según se ven sus negativos efectos en ésta región.

Un amigo mío el otro día dijo, y dijo bien: “Cada vez que no se ponen las vacunas o los tratamientos médicos oportunamente, cada vez que la educación va a pique, cada vez que se molesta a la libertad de expresión y de pensamiento, cada vez que se empodera al presidente para que sea más y más autócrata, cada vez que el órgano electoral imparcial se debilita y destruye para que el gobierno se burle del voto popular, cada vez que a la población se le dificulta alimentarse porque todo sube de precio, cada vez que mujeres y hombres tienen temor por la inseguridad y la violencia, cada vez que se debilita a la industria petrolera nacional, cada vez que el gobierno favorece la contaminación, cada vez que se le quitan recursos a los municipios, México pierde una batalla revolucionaria y el Bajío y La Piedad resienten sus efectos”.

El dicho me impresionó porque retrata la traición que el presidente Andrés Manuel López Obrador está haciendo contra la Revolución Mexicana en sus aspectos liberales y democráticos de 1910 y los sociales en su relanzamiento de 1914, plasmados en la Constitución de 1917. Pero no traiciona solo. Lo acompañan en su felonía esos piedadenses, pocos por fortuna, que hace poco ni figuraban, que se sustraían a las luchas populares y que ahora oportunistamente se adhieren a Morena para intentar saciar sus apetitos narcisistas de poder y de dinero y se colocan del lado ruín de la historia.

En los albores de la Revolución Mexicana, cuando Francisco I. Madero convocó a levantarse en armas en 1910, en La Piedad algunos jóvenes liberales –y otros no tan jóvenes- le hicieron caso, se organizaron, se armaron y saltaron a la lucha. No es raro: desde que México existe como nación independiente, La Piedad ha contado con figuras señeras de progreso, paz, libertad y heroísmo que participaron en los tres grandes jalones históricos.

“El 18 de noviembre de 1810 -dice el Lic. José Antonio Martínez Álvarez, compilador de una excelente Cronología de La Piedad- “Tras estallar la rebelión de los habitantes de la Nueva España contra la metrópoli peninsular, el cura insurgente José Antonio Macías, nativo de Zamora pero avecindado en La Piedad, le ofrece en Ziquítaro al caudillo Miguel Hidalgo, recursos en hombres (piedadenses) y en dinero para fomentar la lucha contra la dominación ibera”.

También el Movimiento revolucionario de 1910, se vio enriquecido aquí por la participación de líderes que dirigieron a hombres de reciedumbre revolucionaria entendiendo generosamente su responsabilidad histórica.

Su quehacer público, no recordado por los gobiernos, representa invaluable ejemplo para la juventud de hoy que quiera participar políticamente con honestidad y afán de servicio.

Es de justicia y de elemental agradecimiento rescatar el recuerdo de la valentía de ésos jóvenes pioneros de la Revolución en La Piedad, que con su lucidez y arrojo encabezaron el despertar del pueblo, máxime cuando hoy el aniversario de la Revolución Mexicana se parece más a un show que a una ceremonia cívica conmemorativa.

Entre los iniciadores revolucionarios de aquí, destacaron los siguientes que cito con el debido respeto: Pedro Chavolla, Pedro Aceves, Jesús Bañales, Alfonso Aceves, Merced Aceves, Miguel Ramírez Aviña, Baldomero Ramírez, Rodolfo Ramírez Aviña, Miguel Luis Guzmán y Ernesto Aceves.

Fueron luces piedadenses en el albor revolucionario. La mejor mención de ellos y de todos los participantes ya vendrá de los historiadores calificados.

¿Por qué luchaba esa gente? Por equilibrar la libertad con la igualdad. Por justicia social y libertades individuales. Por elecciones libres y limpias. Por independencia, soberanía, inclusión y progreso compartido. Por un Estado de derecho. Quizá tendríamos que evaluar, a tantos años de distancia, cómo marcha la patria en términos de esos postulados y qué tanto de ellos realmente se realizan en el Bajío.

No es prudente opinar por los difuntos, pero como conocemos el pensamiento de ellos, incluido Madero, Carranza, Zapata, Villa, Obregón y Cárdenas, se vale decir que esos revolucionarios del país y de La Piedad estarían muy decepcionados.

Incluso, creo, su indignación sería mayor al conocer que todo lo que se hace negando sus ideas y postulados, tiene, curiosamente, como fundamento su nombre.

Y más inconformidad tendrían si vieran cómo hoy el presidente López Obrador le da para atrás a muchas de las conquistas liberales, democráticas y sociales que los gobiernos de la Revolución institucionalizada ya habían logrado encarrilar, como el acceso real a la salud, por ejemplo, cuando ahora a algunos mexicanos se les discrimina por ser menores de 60 años y les dicen que no se vacunen contra la influenza, o se niegan o dilatan tratamientos oportunos a niños y adultos, o cuando el hospital del IMSS en La Piedad tiene citas de especialidad hasta febrero y acaba de cancelar su servicio de neurología. O cuando el sistema nacional de vacunación está siendo destrozado.

La Revolución Mexicana no se deshizo a sí misma porque logró institucionalizarse, es decir, convertirse en derecho positivo, pero sobre todo al convertirse en Constitución como programa a realizar, como guía doctrinaria y pauta mayor de la organización gubernamental. Por eso.

Entonces es contra-revolucionario y por lo tanto conservador y retrógrada, querer adoptar medidas anticonstitucionales como las que en materia electoral y de convivencia democrática están imponiendo Andrés Manuel López Obrador y sus porristas, algunos de los cuales no tendrán cara en La Piedad de pedirle el voto a los piedadenses porque hoy se han sumado con su silencio y/o festejo al intento de golpe de Estado a la Constitución.

Aunque… corrijo: sí pedirán el voto porque son vanidosos, sinvergüenzas y acomodaticios, aunque hay algunos que de buena fe festejan el golpe a la democracia debilitando la funcionalidad del INE porque no saben lo que hacen en perjuicio de ellos mismos y de sus hijos. Lo lamentarán.

Es contrario a la Revolución Mexicana y su Constitución limitar las facultades de los Organismos Públicos Locales Electorales, pónganse a leer si no me creen. También lo es eliminar las 300 juntas distritales electorales permanentes del INE, reformular el procedimiento para designar a funcionarios de casilla, eliminar la Secretaría Ejecutiva, la Junta General Ejecutiva, la Oficialía Electoral y la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral del INE. Todo ello propuesto por el Ejecutivo.

Es anticonstitucional aprobar que los gobernantes pueden hacer publicidad de las acciones u obras de su gobierno con fines electorales en vísperas de los comicios, como acaban de aprobar en ley secundaria para favorecer a las corcholatas.

También es contra-revolucionario por anticonstitucional, duplicar el número de afiliados para crear un nuevo partido, destituir al actual secretario ejecutivo, eliminar la Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral, establecer el requisito para que la papelería electoral la imprima la SEP , o sea el Ejecutivo, permitir el voto desde el extranjero solo por internet y legalizar la personalización de la propaganda gubernamental, entre otras ocurrencias, todas ellas para que las elecciones del 2024 sean más difícilmente organizadas, propiciar la duda y la desconfianza y poder pretextar fraude ya que el presidente López sabe que por sus malos resultados de gobierno su partido y su corcholata ungida perderán.

Los que apoyan la contra-reforma electoral de López saben que su meta es disminuir las capacidades de organización del INE, aminorarle su presupuesto y personal en áreas delicadas para cuidar la imparcialidad, quitarle sus capacidades de sancionar los abusos de partidos y de candidatos, anular el programa de resultados electorales preliminares que da certeza (el PREP) y achicar al Tribunal Electoral. Lo saben pero se hacen. Nada de su contra-reforma es positivo ni busca consolidar ni mejorar el sistema electoral-democrático.

Cínicamente alegan que en sus 30 años el INE ha hecho fraudes y gastado mucho dinero, lo cual sólo lo creen los ignorantes o tontuelos, como esos que viendo que Dos Bocas tiene un sobre costo corrupto de 110 mil millones de pesos, el tren maya uno de 32 mil millones, que la CFE perdió entre enero y octubre 127 mil millones, todavía se atreven a decir que los 14 mil millones del INE son excesivos. Por ejemplo, si el problema era el sueldo de Córdova, se lo hubieran bajado y ya. Además ese sueldo lo puso el Congreso, no Córdova. Pero se hacen.

Que quede claro: los que, de cualquier partido, por acción u omisión ahorita no protesten o no ayuden a que en La Piedad el gobierno federal tenga bien la educación, las instituciones de salud, la economía, el empleo, el medio ambiente (el río Lerma sigue abandonado por la federación), o que apoyen la contra-reforma electoral del presidente, ni se les vaya a ocurrir querer ser candidatos a nada en el 2024, porque primero, les vamos a recordar que no supieron estar de parte de las familias piedadenses, de la república, de la democracia y del municipio, y segundo, que estando a favor de la dictadura que López construye, de plano son enemigos del pueblo. Por supuesto que se les negará el voto, por traidores.

Lamentablemente hoy el gobierno federal está traicionando los postulados de la Revolución Mexicana y perjudicando a los piedadenses. Lo peor es que hay piedadenses que traicionan a sus paisanos apoyando ciegamente la destrucción institucional y revolucionaria de México a manos del presidente López.

Pero también hay piedadenses dispuestos dar la lucha en defensa de la democracia, las libertades y el Estado de Derecho, como siempre ha habido piedadenses que se ponen del lado correcto de la historia. ¿Cuál es ése lado correcto? Preguntará alguien. Es el de la ética.

No tuvimos suerte de conmemorar la Revolución Mexicana en mejor ambiente porque hoy, pasito a pasito el presidente va adelante con su golpe de Estado ante la incredulidad de algunos y la desesperación de otros.

En cualquier caso, rindamos nosotros, como piedadenses, un íntimo homenaje a todos los que en La Piedad lucharon y dieron su economía, su tiempo y hasta su vida por un sueño libertario y un ideal justiciero, que ciento doce años después no solo sigue pendiente de hacerse realidad por completo, sino que desde la presidencia de la república le quieren echar atrás, al punto de que cancelando que los relevos en el gobierno se realicen por la vía constitucional, pacífica y legal están abriendo la puerta para que nuevos jóvenes revolucionarios pudieran volver a tomar las armas, si fuera necesario.

Sean felices.