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Por segundo año, suspenden peregrinaciones a San Juan de los Lagos

La Piedad, Mich.- Por segundo año consecutivo, miles de piedadenses se quedarán con las ganas de ir en peregrinación hasta San Juan de los Lagos, Jalisco para visitar a la Virgen de la Candelaria.

Y es que las fiestas patronales y la tradicional peregrinación, que congregan a millones de personas de diferentes estados de la República Mexicana, han quedado suspendidas.


Las autoridades de Jalisco advirtieron del riesgo potencial de contagios por Omicron, la variante más contagiosa de Covid-19, por lo que los jerarcas de la Iglesia Católica decidieron suspender la celebración religiosa.

Por lo anterior, la Secretaría de Salud de Guanajuato pidió a los devotos no acudir a la basílica de San Juan de los Lagos esta temporada.

«Se suspenden las peregrinaciones a la basílica de San Juan de los Lagos, toda vez que se han cancelado las fiestas de la Candelaria, ya que el santuario permanecerá cerrado del 31 de enero al 2 de febrero», informaron las autoridades de Guanajuato.

Ante la determinación de las autoridades de Jalisco de suspender las fiestas de la Candelaria, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Guanajuato, a través de Protección Civil del Estado, vigilará el cumplimiento de las medidas sanitarias establecidas con la finalidad de evitar la propagación de contagios.

Habitualmente, de esta región del norte de Michoacán salen, con rumbo a San Juan de los Lagos, más de 30 mil peregrinos que viajan caminando, a caballo, en motocicleta, bicicleta o en vehículos particulares hasta la basílica ubicada en Los Altos de Jalisco.

Familias enteras de la región de La Piedad, grupos de amigos o vecinos se organizan para el viaje que suele durar de tres a cuatro días a pie, cruzando cerros, terrenos de cultivos, así como poblados guanajuatenses y jaliscienses. Duermen en el cerro, en el atrio de algunos templos o a la orilla de la carretera.

Dicha tradición religiosa deja también una importante derrama económica para los municipios cercanos, donde los peregrinos compran alimentos, abastecen combustible y pagan por servicios sanitarios.

Esta es la segunda ocasión en que la “ida a San Juan” se ve interrumpida por motivo de la pandemia derivada del Covid-19, aunque seguramente habrá quienes se lancen a la aventura, sin importar que no se pueda entrar a la basílica.