La Piedad, Mich.- A pesar de ser uno de los ríos más contaminados del mundo, las pesca furtiva es una actividad que prevalece en las aguas del río Lerma.
El afluente, según las UMSNH, arrastra metales pesados como cadmio, plomo, cobalto, níquel y zinc que pueden ser nocivos para la salud humana.
Además, el Lerma arrastra el contenido de descargas de granjas porcícolas y drenajes de los municipios asentados en su cuenca.
Aún así, para los pobladores de las comunidades asentadas en la orilla del río, la pesca sigue siendo una actividad que les permite llevar alimento hacia sus hogares.
En localidades como El Salto, San Joaquín, San Cristóbal, El Fuerte y San Juan, es común ver a hombres y jóvenes sobre pequeñas canoas de madera lanzando sus redes hacia las aguas del Lerma para atrapar algunos peces.
En el lado de Guanajuato y Jalisco también se registran avistamientos de personas que se dedican a la pesca en las aguas del río Lerma.
AGUA CONTAMINADA
Un análisis multimétrico para evaluar contaminación en el río Lerma y lago de Chapala, publicado en el portal electrónico especializado www.scielo.org.mx, más del 70% del agua de la cuenca tiene diferente grado de contaminación.
Acorde con la escala de clasificación de SEMARNAT (2002) sobre la calidad del agua para usos específicos, el agua del río Lerma (que presentó aguas de altamente contaminadas a contaminadas), permite su uso industrial y agrícola, pero con tratamiento previo, e incluso determina algunas restricciones para estas dos actividades.
El agua que corre en el Lerma, se clasifica como inaceptable para la pesca y vida acuática en el mes de mayo y para organismos muy resistentes en julio y noviembre.
El consumo de alimentos regados con aguas del Lerma provoca en el ser humano enfermedades gastrointestinales y neurocisticercosis, revelan estudios elaborados por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.