La Piedad, Mich.- Solamente él sabía lo que pasaba cuando esta mañana decidió recostarse sobre las vías del ferrocarril. Sus pensamientos fueron destrozados por la locomotora cuyo conductor no paraba de hacer sonar el silbato.
Eran las 11 de la mañana, más o menos, cuando los vecinos de la novena etapa de Rangel en el fraccionamiento Ciudad del Sol lo vieron descender de un taxi.
El hombre pagó la cantidad que le indicó el chófer y luego caminó hacia una tienda para comprar cigarros. Nadie sospechaba lo que ocurriría después.
Un joven que iba a las tortillas dice que lo vio trastabilleando, «como si anduviera tomado» y luego se acostó. «No se cayó ni le pasó algo como un desmayo o un ataque, clarito vimos que se acostó y cruzó las piernas mientras estiraba los brazos», relató.
Lo mismo dijeron algunos policías que acudieron a atender el reporte. Y es que varios vecinos lo vieron, incluso se quedaron a un costado de la vía férrea cuando llegaron laa patrullas. Estaban impactados, había rostros pálidos y voces que intentaban explicar lo que pasaba.
El cuerpo inerte quedó hacia afuera de la vía y la cinta amarilla de la policía lo hacía ver como muy lejano, como fuera de esta realidad.
De su nombre nada se sabe, solamente que tenía más de 50 años, de piel clara, complexión mediana, vestia pantalón deportivo negro y sudadera azul, tenis negros. Su gorra beisbolera quedó sobre los durmientes.
Solamente él sabía lo que pensaba cuando decidió acostarse sobre la via.
