Ciudad de México.- Una oleada de críticas nacionales e internacionales obligó a la presidenta Claudia Sheinbaum a frenar, al menos de momento, su polémica propuesta de reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, la cual buscaba crear una poderosa Agencia de Transformación Digital y otorgarle la capacidad de bloquear plataformas digitales a discreción.
El proyecto de ley, impulsado en medio de crecientes tensiones políticas, fue calificado por defensores de derechos humanos, periodistas y creadores de contenido como un «golpe frontal» a la libertad de expresión en México. Especialmente controvertido resultó el artículo 109, que permitía al gobierno suspender servicios digitales por motivos ambiguos como «seguridad nacional» o «evasión fiscal», sin necesidad de una orden judicial.
Senadores de oposición advirtieron que, de aprobarse, Sheinbaum tendría una «herramienta de censura» en plena era digital, mientras organismos como la ONU exhortaron al Congreso mexicano a detener el avance de una iniciativa que podría colocar al país en el mismo camino que regímenes autoritarios.
«La intención es clara: controlar la narrativa pública y silenciar las voces incómodas», acusó un grupo de legisladores de Movimiento Ciudadano y el PAN en conferencia de prensa.
Medios de comunicación tradicionales también alzaron la voz ante el riesgo de sanciones desproporcionadas y la amenaza a la pluralidad informativa, mientras en redes sociales cientos de periodistas independientes alertaron sobre el riesgo de quedar fuera del espacio digital bajo criterios gubernamentales opacos.
Presionada por la creciente polémica, Sheinbaum anunció que está dispuesta a modificar o eliminar el artículo más cuestionado. Sin embargo, analistas advierten que el simple impulso de esta propuesta revela un proyecto de control digital que podría resurgir bajo otra forma más adelante.
Por ahora, la iniciativa se encuentra congelada en el Senado, pero el debate sobre el futuro de las libertades digitales en México apenas