Dicen las Malas Lenguas que recientemente se pudo conocer que Edmy Paz (ex priista y ex candidata del PVEM a la diputación local) fue nombrada como jefa de la Unidad Regional de Atención a Victimas ante el descontento de muchos morenistas que anduvieron en campaña y que no alcanzaron ni el saludo del Gobernador Alfredo Ramírez Bedolla. Antes que ella, ya otros personajes emanados del PRI, PVEM y otros partidos fueron designados en cargos públicos del gobierno estatal.
Tanto los fundadores del Morena (que anduvieron sudando el calcetín para conseguir firmas, convencer ciudadanos y lograr el registro del mencionado organismo político) como aquellos que se fueron arrimando por convicción o conveniencia, se han ido desilusionando al ver como el gobernador reparte posiciones entre priistas, panistas y gente de otros partidos, antes que considerar a la base partidista.
Lo más gacho del asunto, es nadie, absolutamente nadie de los funcionarios de la actual administración estatal, incluyendo el propio Alfredo Ramírez Bedolla está pagando las cuotas correspondientes a MORENA, el partido que los llevó a vivir del erario, tal como lo evidenció Ana Lilia Guillén, virtual presidenta estatal del partido.
La lideresa del morenismo estatal suspira y saca cuentas del dinero que pudiera obtener el organismo político si el gobernador, los diputados, presidentes municipales, regidores, y directores de las diferentes áreas aportaran el 10 % de su salario.
¿Y aquí qué? ¿Los funcionarios están traicionando a Morena? ¿O Morena estará pagando las consecuencias de traicionar a su militancia?
Dicen las Malas Lenguas que poco a poco los morenistas se quedan sin argumentos para salir a defender al gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla sobre temas como el reemplacamiento vehicular, mismo que desde su anuncio causó el descontento popular y representó un duro golpe a los bolsillos de los ciudadanos; ahora, imagínese cómo se sienten aquellos mismos morenistas que madrugaron desde el día 2 de enero para pagar por las placas y que cinco meses después los traigan vuelta y vuelta sin que alguien les diga como o cuando las tendrán en su poder.
Debe ser difícil ser militante de Morena en una ciudad como La Piedad, donde el ambiente político está muy polarizado y donde se esperaba mucho más de un gobernador que vino a romper con el liderazgo del PRD y la hegemonía del PRI.
Pero hay que recordar que antes de la campaña, Ramírez Bedolla jamás estuvo en el imaginario colectivo. Su candidatura, misteriosa y sospechosamente, surgió desde un dedo poderoso que de un día a otro aplacó los ímpetus de Raúl Morón y otros 32 aspirantes a ocupar la candidatura al gobierno de Michoacán.
Lo dicho, debe ser difícil seguir defendiendo la causa morenista.
Dicen las Malas Lenguas que a otros que se les debe caer la cara de vergüenza es a los panistas, no solo a los de La Piedad, sino a los de todo el país. ¿Qué dirán todos aquellos que todavía conservan algunos de los ideales de Manuel Gómez Morín, Efraín González Luna, Luis Calderón Vega?
Y es que, aquí en la localidad, como en otros lugares del país, todavía existen panistas que comulgan con la idea de que, si se llega al gobierno, sin importar el puesto o función que se desempeñe, debe ser para servir a los demás y una vez concluido el encargo, regresar a la vida privada.
Todavía hay quienes se hinchan de orgullo al recordar que con su participación lograron sacar al PRI de los Pinos en el año 2000: aún existen quienes rechazan la sola posibilidad de ser parte de la corrupción, o de arropar proyectos emanados de una falsa ideología de izquierda como la que profesa el PRD.
Me pregunto ¿Qué pensarán esos viejos panistas de Marko Cortés, ridiculizándose a sí mismo y a toda la banda albiazul al asegurar victorioso, ufano y déspota “el triunfo” de no haber perdido avasalladoramente en la reciente elección?
Dicen las Malas Lenguas que, si acaso existe, por lo menos en este momento, un partido que puede gozar de la credibilidad del electorado ese puede ser Movimiento Ciudadano y decimos esto porque no carga aún con un historial de funcionarios tan nefastos y corruptos como los que han representado históricamente al PRI, PAN, PRD, PVEM, PT y ahora MORENA.
En La Piedad, después de la derrota de Jonathan Bañales en la contienda anterior, nada se sabe acerca de este organismo político y el regidor que los representa en el cabildo, Mario Cárdenas resultó serle más útil al presidente Samuel Hidalgo que cualquier otro de los ediles panistas.
El caso es que, desde la ciudad de Guadalajara, donde descansa la cabeza ideológica, moral y económica de MC, ya andan buscando perfiles en esta ciudad para convencerlos de aceptar cualquiera de las candidaturas a presidente municipal, diputación local y federal (senadurías no, porque esas las reparten entre los compas).
Ya le han ofrecido candidaturas a personajes como José Eduardo Torres (ex presidente del PRD), a Hugo Pérez (ex candidato del PRI), a varios integrantes del equipo de Ramón Maya y desde luego que no faltan algunos que se han ido acomodando solitos.
Por lo menos, uno de los elegidos ya les dijo que no a la oferta de la diputación local. Veremos a quienes convencen.
Dicen las Malas Lenguas que al interior del Gobierno municipal de La Piedad ora sí le encargaron al Secretario del Ayuntamiento, César Oceguera Estrada un informe acerca del desempeño de los diferentes directores de área, pero no sabemos aún el contenido de dicho documento.
Sin embargo, no se necesita mucho seso para saber que algunos de los que repitieron en el cargo, lejos de refrendar su liderazgo se echaron a dormir en la hamaca y poco a poco el tiempo va cobrando esa factura.
Es precisamente Ramón Romero Ramírez, director de Servicios Públicos, uno de quienes se esperaban mejores cosas, pero es cada vez más notorio como se acentúan los problemas que tienen que ver con la recolección de la basura, el cuidado de parques y jardines, así como el mantenimiento del alumbrado público y ni qué decir del área de ecología.
El presidente Samuel Hidalgo ya se tardó en hacer cambios en direcciones como el Instituto de la Mujer, la dirección de Educación, el inoperante INJUP, la intrascendente dirección de Deportes (tiene director, subdirector y auxiliares solo para visitar las canchas por la mañana y luego perderse el resto del día).
Sabrá Dios qué parámetros utilicen para medir el desempeño de los funcionarios y cuales son los compromisos que se tienen con los diferentes liderazgos políticos, lo único cierto es que son decenas de funcionarios que no funcionan y servidores públicos que no sirven.
Dicen las Malas Lenguas que hay un asunto escabroso en el que seguramente se echarán la bolita entre el Oficial Mayor, Juan Carlos Chávez; el nuevo contralor J. Natividad Chavoya (así está escrito su apellido en el sitio web del ayuntamiento), el tesorero Rigoberto Ortiz Sierra y hasta la síndico Esther Naranjo, encargada custodiar el patrimonio municipal.
Se trata de los vehículos oficiales. Por un lado, existen unidades muy viejas que usan en dependencias como obras públicas, SAPAS, servicios públicos y que representan un grave peligro para quienes las utilizan para trabajar, así como para los peatones y automovilistas que a diario se encuentran con estas carcachas.
Aunado a esto, la mayoría de los vehículos oficiales no cuenta con placas de circulación o si las tienen están vencidas. ¿Cómo entonces es que mandan a los agentes de tránsito a sancionar a los automovilistas que no traen placas?
Pero aún hay más ¿No se supone que, por reglamento, todos los vehículos del Gobierno municipal deben ser resguardados en los espacios asignados para ello? ¿Entonces por qué es común ver a funcionarios usando vehículos oficiales para llevar y recoger niños de la escuela, realizar compras en tiendas locales o foráneas y hasta en fiestas dominicales?
Hay reportes de que la unidad de desazolve de SAPAS realiza trabajos en domicilios privados de Santa Ana Pacueco, que los camiones de basura han sido vistos en recicladoras de Degollado, Pénjamo o Numarán.
Entonces, ¿para qué queremos un oficial mayor? ¿para qué nos sirve un contralor? ¿qué ganamos con tener una sindicatura? si, desde adentro, cada quien hace lo que quiere y pasa por encima de la ley.
Dicen las Malas Lenguas que en la clínica del ISSSTE que dirige Moisés Rodríguez todo mundo lleva agua a su molino. Recientemente, varios directores de escuelas públicas de la localidad se dijeron sorprendidos al recibir de algún profesor una “incapacidad médica” expedida por médicos de la dependencia.
Lo extraordinario no es eso, sino que las incapacidades son por periodos de hasta seis meses y algunas “permanentes”. Se sabe que cuando un médico detecta un problema de salud, valora la gravedad del padecimiento y expide incapacidades que van de tres a ocho días. Para plazos posteriores son otros los protocolos que se deben seguir y que, en algunos casos pasan por el departamento de medicina de trabajo.
El tema ha trascendido más allá del magisterio y algunos de esos “incapacitados” han revelado que las expediciones de dichos documentos se obtienen a través de un “incentivo económico”.
Escarbarle al tema del ISSSTE es cuento de no acabar: no hay medicinas, algunos de los médicos no respetan sus horarios laborales, los servicios más elementales tienen que ser canalizados a Zamora o Morelia y los más afectados son los derechohabientes.
Llama poderosamente la atención que ninguno de los líderes sindicales del Tecnológico de La Piedad, de los Empleados Municipales, del STASPE, de la CNTE, del SNTE, del Conalep, del Poder de Base y demás organismos que agrupan trabajadores al servicio del estado guarden silencio ante la desatención hacia sus agremiados. ¿Por qué tanta complicidad?
Dicen las Malas Lenguas que en el Congreso del Estado de Michoacán ha comenzado a tomar mucha fuerza el escándalo por la adquisición de un sistema de cómputo que costó más de 5.6 millones de pesos y que no ha sido implementado.
Lo escabroso del asunto es que dicha compra se realizó mediante la utilización de una carta poder en la diputada piedadense Adriana Hernández otorga facultades para “todo tipo de negocios y diligencias” a Isabel Ceja María Linares, quien fue contratada por recomendación del presidente de la Junta de Coordinación Política, Fidel Calderón.
Hay algo muy turbio en este asunto, pues se sabe que el documento que entregó Adriana Hernández a Isabel Ceja es para efectuar diligencias relacionadas con pleitos y cobranzas, pero no para hacer adquisiciones al margen de la ley ya que, por el monto, se debió hacer una licitación pública en lugar de una adjudicación directa, a una persona física de nombre José Alfredo Aburto Gaitán.
Medios de comunicación estatales han exhibido un contrato de prestación de servicios profesionales firmado el pasado 31 de diciembre, mediante el cual se emitió un cheque firmado por la directora general de finanzas, Beatriz Clímaco, también contratada por Fidel Calderón.
Por ahora, la Junta de Coordinación Política, así como la presidenta del Congreso del Estado, Adriana Hernández se han deslindado de este asunto, pero ya se ha iniciado una investigación para conocer quién ordenó la compra millonaria sin autorización.
Lo peor del caso, es que el carísimo sistema de cómputo ni siquiera existe.
¿Cómo la ve?
Dicen las Malas Lenguas que donde el servicio va de mal en peor es en el subcentro de La Piedad del Sistema de Coordinación, Comando, Control, Comunicaciones, Cómputo e Inteligencia (C5i), que depende directamente del Secretario de Gobierno, Carlos Torres Piña.
Y es que, ya sabíamos que más del 60 % de las cámaras de videovigilancia no funcionan y que los arcos de seguridad existen solamente dentro del reporte de contabilidad y nadie sabe qué pasó con ellos. ¿Se los robaron, los destruyeron? ¿Nadie vio?
A todo esto, hay que agregarle que, con el pretexto de reforzar la vigilancia policiaca en la región de Zamora, el gobierno estatal ha desmantelado la parte operativa del C5 Lerma, llevándose a más del 50 por ciento a atender las emergencias de Zamora.
Entre los propios elementos (a los que no les dan ni pa la torta) se corren las versiones de que “nomás vamos a estorbar, por que el personal de Zamora saca muy bien la chamba. Además, el centro de allá es muy pequeño y no hay ni donde sentarse”.
Los jefes de las corporaciones policiacas y de emergencia de la ciudad constantemente se quejan de que el personal de C5 reporta servicios en domicilios inexistentes, o desplaza ambulancias a sitios donde no se requiere.
Y esto, dicen los radioperadores, se debe a que al reducir el número de elementos se limita también la operatividad.
Dicen las Malas Lenguas que ya nadie le ha movido al asunto, pero los trabajos de embellecimiento del camellón central del bulevar Lázaro Cárdenas ya quedaron también detenidos y nadie sabe por qué.
Ese asunto ya no es culpa de Silvano Aureoles ni de Alex Espinoza. Este tema ya le corresponde a la actual administración municipal y así lo dijo el propio presidente Samuel Hidalgo.
Tampoco ya nadie le ha movido al asunto de la construcción del nuevo Centro de Salud, que tendría que haber quedado terminado desde hace un año y mucho menos hay quien se acuerde del cuartel policiaco, cuya construcción quedó varada desde hace varios meses.
¿Alguien ya notó que las bardas perimetrales del mencionado complejo policial ya se derrumbaron?
¿Será esta la obra más chafa en la historia de La Piedad? ¿Usted recuerda alguna peor?