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Delator

Por: Kalliópê

Pienso en ti en cada atardecer,
me recuerdan a tus ojos
y no me quisiera entrometer
pero ellos me hacen olvidar mis enojos.


Brillas más que aquella estrella:
me recuerda a tu sonrisa,
desearía que la razón de ella
fuera incluso mía.

Y ¡qué absurdo!
El amarte sin siquiera ser nada
pareciera que espero mínimo un saludo
cuando apenas y cruzamos miradas.

El sentirme confundida
acerca de lo que sientes por mí
me hace terminar tan abatida
porque no sé si sientes lo que yo por ti.

Mi corazón es un maldito delator:
no sabe disimular ante tu presencia.
Tendré que ir entonces con un doctor
para que cure esta emergencia.

¿El deseo de ser amada?
Jamás me había sentido de esta manera
¿En espera de una llamada?
Sí, desearía que fuera duradera.

Tantos desvelos sin llegar a algo
y murmullos lanzados con un “Te quiero”.
Espero que todo esto sea falso.
Me aterra no tener un corazón de acero.

Pareciera que es muy sencillo amarte,
pero el motor de mi corazón se acelera
y mi cerebro sale volando a Marte
que nunca encuentro la manera
de intercambiar palabras sin trabarme.

Esta poesía lleva nombre y apellido
espero que esté permitido
el acuerdo establecido
entre lo ya concluido.