De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), México enfrenta el nivel inflacionario más alto desde el mes de diciembre de 2017, luego de que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se ubicó en un nivel de 6.24 por ciento a tasa anual durante el mes de octubre.
La inflación se habría visto presionada por el incremento en los precios en alimentos y energéticos, con alzas en la electricidad (18.8 por ciento); el gas doméstico LP (8.20 por ciento); la cebolla (19.33 por ciento); el huevo (4.51 por ciento); el tomate verde (25.55 por ciento) y la carne de res (1.23 por ciento).
Los productos que, al contrario, disminuyeron sus precios fueron el jitomate (8.47 por ciento); el pollo (2.72 por ciento); naranja (17.71 por ciento); el aguacate (8.62 por ciento); la gasolina de bajo octanaje (0.36 por ciento).
El resultado estuvo por encima a los pronósticos del mercado, los cuales estimaban una variación de 6.16 por ciento a tasa anual, según la mediana de analistas económicos consultados por Bloomberg.
De acuerdo con el Instituto, dicho resultado representó una aceleración respecto a septiembre cuando se ubicó en 6 por ciento.
De esta forma, la inflación suma su octavo mes consecutivo fuera del rango objetivo fijado por el Banco de México (3 por ciento, +/- un punto porcentual).
El índice de precios subyacente, que es aquel que excluye de su contabilidad los productos de alta volatilidad de precios, tuvo una variación de 5.19 por ciento anual, la más alta desde mayo de 2009, cuando registró 5.35 por ciento.
En su interior, los precios de los servicios se aceleraron y se ubicaron en 3.64 por ciento a tasa anual, su mayor nivel desde noviembre del 2019.